Agricultura

La rentabilidad detrás de la naranja Valencia en los cultivos de Antioquia

En el grupo de los cítricos, es uno de los más buscados para su producción por los beneficios que ofrece
Por:
Cristina Estrada Rudas
10 de julio de 2019

La naranja Valencia es la variedad de naranja dulce más cultivada en las regiones citrícolas de Colombia. Actualmente, gracias a sus condiciones agroecológicas, una adecuada infraestructura, empresarios organizados, y por su cercanía de las zonas de producción a los principales centros de consumo, la región antioqueña es líder en su producción.

De hecho, de las 497.226 toneladas que se producen anualmente en el país, el Suroeste antioqueño encabeza con 271.637 toneladas, convirtiéndolo en líder del mercado de los cítricos.

Y es que por su sabor dulce y fácil cuidado, este tipo de naranja es la preferida por productores y compradores, lo que le ha sumado valores en cuanto a la rentabilidad, pues las áreas sembradas con otras (como Tangelo), se han visto afectadas por problemas fitosanitarios que han conducido a la erradicación de algunos cultivos y disminución de esa siembra.

¿Por qué se produce tanto?
Uno de los principales factores que posibilita la producción de la naranja Valencia es el clima, por lo que se busca que los cultivos estén por encima de 900 metros sobre el nivel del mar.

Por otro lado, aunque cultivar la naranja no es tan complicado y se conoce por no ser tan delicada como otras referencias, sí requiere de ciertos cuidados y tratamientos específicos para su efectiva producción, tal y como lo explicó Gabriel Jaramillo, director de Producción Agropecuaria, Agrícolas Unidas, (esta empresa se dedica a la producción y distribución de fruta y a la fabricación de jugos naturales para las principales marcas comerciales y supermercados).

“Nosotros realizamos control de plagas y enfermedades cada dos meses, contamos con un plan de fertilización adecuado para el óptimo desarrollo de las plantas. La fumigación con glifosato y manejo de herbicidas también es clave junto con el control de malezas adecuado; podar y tener a la mano un equipo de riego estacionarios son factores importantes para que el fruto tenga la calidad esperada después su siembra”.

Igualmente, advierten que el gremio citrícola debe estar preparado para males como el Huanglongbing (HLB), conocida como “enverdecimiento de los cítricos”, que es una enfermedad bacteriana de las plantas; esta destruye la producción, apariencia y valor económico de los árboles, así como afecta el sabor de la fruta y su jugo.

“En países como Brasil y México ya hizo daños significativos en los cultivos y en regiones de La Guajira se detectaron siembras con esta enfermedad, así que hay que estar muy preparados para poder afrontarla” agregó Jaramillo.
A pesar de los requisitos y condiciones, la naranja Valencia ha demostrado ser un cultivo rentable y competitivo, por ello empresas como Agrícolas Unidas están en proceso de certificación y expansión. En la actualidad, son exportadores de fruta a islas como Martinica y Guadalupe. Hay que recordar que reportes del Ministerio de Agricultura, apuntan a que en 2017 se exportaron 28.130 toneladas de cítricos con destino a diferentes países del mundo; cifra que superó las 30.000 toneladas en 2018.

Igualmente, Deyanira Barrero León, gerente del ICA, señaló que siguen trabajando para cumplir con los requisitos sanitarios y ampliar la oferta de productos del campo colombiano al mundo.

En cuanto el precio de la fruta la variante depende de su productor, comprador y distribuidor y del manejo que se le vaya dar a la misma. Un ejemplo es que un kilo de naranja puesta en la Central Mayorista de Antioquia, con flete incluido y de primera clasificación, tiene un precio de $1.100, valor que también varía dependiendo de la clasificación de la naranja Valencia que puede ser de primera ($1.100), de segunda (a $1.000) y de tercera (a $900). Mientras que ese mismo kilo, adquirido en una finca y recogido esta vez por el comprador, tiene un valor de $700 en naranja revuelta, (es decir las buenas, regulares y malas, que llegan a la plaza para ser clasificadas por el comprador).

Algunas empresas establecidas y reconocidas apuntan a la perfección del producto y venden una fruta selecta con un precio de $1.200 el kilo.

“Todo depende de la oferta y la demanda, hay días buenos y malos, pero de igual manera yo mando el camión siempre por la fruta para almacenarlas en bodega y, después, ir distribuyéndolas a mis compradores de las diferentes partes del país”, así lo explicó Edwin Ochoa, uno de los vendedores de la Plaza Mayorista de Antioquia, que recoge diariamente en la finca Maratón, de La Pintada 7.000 kilos de naranja Valencia.

Finalmente, el último Boletín Técnico Encuesta Nacional Agropecuario (ENA) que fue entregado el pasado 17 de mayo, destacó que la producción total de frutales registrada fue de más de 4 millones de toneladas, siendo la naranja el tercer cultivo de mayor participación con 456.301 toneladas (11,2 %).

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