El valor del suelo

El suelo es la parte superior de la corteza terrestre cuyo espesor y calidad depende del material mineral original, de la altura sobre el nivel del mar, el clima, la vegetación, etc. Es el principal capital de una  finca, región o país.  A veces se le confunde con tierra, que si bien es un sinónimo, también significa finca ó terreno.  

Como terreno su valor se da de acuerdo a la circunstancia, así por ejemplo, para calcularlo  se hace la operación de dividir la renta anual líquida por la máxima tasa de interés bancario reconocido por cuenta de ahorros u otro papel financiero como el CDT.   Pero lo que nos interesa es el valor del suelo como cuerpo natural.   

Para el ejercicio se toman los siguientes datos de partida:    profundidad del suelo  0,30 metros,  porcentaje de materia orgánica del suelo 3%.    Las profundidades reales de un suelo va desde algunos centímetros hasta más de 1 metro  y el porcentaje de materia orgánica del suelo puede oscilar como cifras indicativas entre 0,5 y 15.

¿Cuánto vale entonces esa materia orgánica del suelo formada a través de siglos?   No podemos llegar a una precisión, pero sí a una aproximación.  Una vía es costear el valor del compost que se requiere aplicar a una hectárea para tener así un valor de materia orgánica del suelo. Si una tonelada de compost  ( como cifra indicativa ) se convierte en el largo  plazo en 0,2 toneladas de humus vienen los siguientes cálculos: Cantidad de materia orgánica del suelo de una hectárea es 10.000 metros cuadrados por 0,3 metros de profundidad por densidad aparente 1,5 por 0,03 de porcentaje de materia orgánica contenida en el suelo, da la cifra de 135 toneladas ( 10.000 por 0,3 por 0,03 por 1,5 igual a 135).

Ahora para calcular las toneladas de compost necesarias para generar 135 toneladas de humus la operación es la siguiente: 135 dividido por 0,2 igual a 675  toneladas de compost.  Una tonelada de compost incluida la compra, el transporte y la aplicación tiene por estos días un valor de $200.000. Entonces, $200.000 por 675 da    $135 millones. Es una cifra un poco escandalosa pero real desde el punto de vista empresarial. Tal es el valor del suelo para una hectárea, sin considerar el valor de la fracción mineral, que es mayor que la fracción orgánica. Curiosamente, el modelo # moderno 2 de agricultura imperante conduce a gastar, consumir semejante capital.

El abuso de los fertilizantes de síntesis petroquímica, de los herbicidas al tener como premisa que son competencia para el cultivo, la agricultura que mecaniza el manejo del suelo, el sobrepastoreo en ladera, etc, conducen al desastre de los países, pues gastamos capital biofísico que ayuda a tener mejores condiciones para la productividad de los cultivos y para la regulación del caudal de los ríos. 

Esta regulación nos asegura caudal de los ríos en períodos de escasez de lluvias y menos daño por caudales torrentosos que inundan cultivos y poblaciones y llenan de sedimentos las represas hidroeléctricas.     Para un país como Colombia el valor del suelo resulta de multiplicar los más de 100.000.000 hectáreas por 135 millones y la cifra es escandalosamente alta. Una profesora de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín encontró que legalmente no existe disposición que proteja al suelo en este país.  Los POT) están en el papel. Se tumban de 120.000 a 140.000 hectáreas por año con una reposición menor al 20% de esta cifra.