Agricultura

La siembra del café en un momento sagrado

Analista LR
Por:
Katherin Alfonso
13 de febrero de 2018

Cuando decimos que “calidad es hacer las cosas bien hechas, desde el principio, y hacerlas siempre bien”, en la caficultura no solo nos referimos a la calidad en taza, sino a todas las labores del cultivo, pues la calidad es resultado de la suma de varias actividades que debemos hacer de manera correcta y oportuna.  

Mantener los cafetales jóvenes apunta, no solo a la calidad, sino a la productividad. Y por eso, la suma de estos dos factores, define el ingreso económico de las familias caficultoras. 

En gran parte del país estamos realizando la renovación de los sistemas de producción de café por zoca y por siembra, con los cuales obtenemos uno de los factores decisivos de la productividad que es mantener los cafetales jóvenes.

Analizando los costos de cada labor, la zoca resulta ser más económica que la siembra, pero esta nos permite mantener o mejorar varios aspectos en la búsqueda de aumentar la productividad. Estos son:

La variedad 

Es la primera decisión en la que no nos podemos equivocar, pues esos árboles estarán sembrados por 20 o más años, y una vez cumplan su ciclo los podemos renovar por zoca entre dos o tres veces, dependiendo del estado de la plantación. Debemos asegurarnos que la variedad sea correcta, que conserve el perfil de taza del café de Colombia y que sea altamente productiva.

Las familias caficultoras contamos con las variedades correctas ya que Cenicafé, después de muchos años de investigación, desarrolló las variedades Castillo, Tabi y Cenicafé 1, variedades que son resistentes a la Roya, la enfermedad más devastadora del cultivo del café en Colombia.

Así mismo,  al CBD (enfermedad de las cerezas del café) la que por fortuna no ha llegado al continente americano, pero para la cual ya nos estamos preparando. 

La decisión de renovar por siembra es muy delicada y muy decisiva, pues por muchos años esas plantas estarán produciendo café, y de las decisiones acertadas o equivocadas que tomemos dependerá en gran medida la productividad. Por esto, siembre la variedad correcta y asegúrese para el futuro.

Densidad 

El momento perfecto para implementar la máxima densidad de siembra, de acuerdo a cada zona, es la siembra. Recordemos que los tallos de café tienen ramas, que estas  tienen nudos, y que en esos nudos es donde se forman los frutos. 

Por esa razón, a mayor número de nudos por hectárea, mayor cantidad de granos de café. Algo que se logra teniendo el mayor número de plantas de café por hectárea, eso sí, teniendo en cuenta las condiciones agroecológicas de cada región como las condiciones de oferta de suelo, el clima, la pendiente del terreno y la disponibilidad de recursos. 

Épocas recomendadas para la siembra 

En el avance técnico de Cenicafé 465: “épocas recomendadas para la siembra del café en Colombia” encontramos que la cantidad de lluvia y su distribución, determinan los períodos secos y húmedos, ya que condicionan la dinámica del crecimiento vegetativo y reproductivo del cafeto, las épocas del año con mayor o menor crecimiento, la floración, el desarrollo del fruto y la cosecha del café.

 La distribución regional de la lluvia es la base para la toma de decisiones. Por ejemplo, cuál es el momento oportuno para sembrar el cafetal con el menor riesgo de pérdida, el tipo de prácticas agronómicas a desarrollar, la utilización o no de sistemas agroforestales transitorios o permanentes, las épocas de fertilización, del manejo de arvenses y los controles fitosanitarios, entre otros. 

Cuando se siembra en el período recomendado se evitan pérdidas para las familias caficultoras. Por esta razón es necesario conocer el clima de cada región para poder tomar las decisiones correctas. 

Podemos consultar la página (www.agroclima.cenicafe.org) en donde encontrará la información climática más cercana a su empresa cafetera. 

Acidez 

Para que los cultivos sean más productivos, es necesario identificar las propiedades del suelo que limitan el desarrollo de las plantas, con el fin de tomar las medidas correctivas para cada caso. Para el cultivo de café el rango adecuado es entre 5,0 y 5,5, en la escala de pH. 

Las condiciones climáticas, sobre todo de lluvias excesivas, pueden ocasionar pérdidas de bases en los suelos haciéndolos más ácidos, condición que se ha percibido en los análisis de suelo de los últimos años. El momento de la siembra es el perfecto para hacer correcciones de acidez, ya que al hacer el hoyo, el suelo que se saca y que es utilizado para enterrar el colino de café, es donde se debe aplicar y mezclar el material encalante.

Recordemos que la única forma que tenemos para conocer la acidez del suelo, si hay que corregirla y con que material hacerlo, es con la información que nos brinda el análisis de suelo.

Por todo esto, es que la labor de siembra es muy importante para alcanzar la máxima productividad para cada región. Es una labor muy delicada, en la cual, dependiendo de las decisiones y acciones que tomemos, podemos obtener resultados satisfactorios en productividad y rentabilidad, teniendo en cuenta el costo y el tiempo que permitirá obtener café. 

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