Ganadería

Conservación de forrajes, práctica que asegura productividad ganadera durante El Niño

Una de las ventajas que trae su uso es que, una vez ensilados, se pueden implementar en cualquier periodo del año, como en sequías
Por:
Valentina Sánchez Forero
03 de octubre de 2023
Conservación de forrajes para bovinos
Bloomberg

El fenómeno de El Niño se avecina, y con él sus efectos de cambio climático. Según el último reporte del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, Ideam, se prevé que las lluvias bajarán hasta 30% como consecuencia del mismo. Uno de los renglones a los que más impacta es el de la producción agrícola y, con el fin de sobrellevar su impacto, la conservación de los forrajes es una práctica que asegurará buenos rendimientos ganaderos durante esta época.

Los forrajes son una excelente alternativa nutricional para los animales. Una de las ventajas que trae su uso es que, una vez ensilados, se pueden utilizar en cualquier periodo del año, especialmente cuando las condiciones meteorológicas impiden tener amplia disponibilidad de pasturas en fresco para su respectiva alimentación.

Contar con forrajes almacenados a través de los diferentes métodos de conservación que existen, como lo son el henolaje, la henificación y el ensilaje, permitirá superar la disminución de oferta durante temporadas críticas del año, además de que reducirá la variabilidad en la dieta de los bovinos.

Es importante tener presente que su mayor aprovechamiento se dará si se producen o almacenan en épocas de abundancia, y se consumen en periodos de escasez. Según lo expone Ricardo Arenas, responsable de cadenas, asistencia técnica y extensión de Fedegan, “la planificación forrajera es una herramienta indispensable a la hora de convertir a las fincas en negocios productivos”.

Para Arenas, antes de implementar un plan de conservación de forrajes, se debe definir el sistema que más se ajusta a las condiciones de explotación, además de entender qué tipo de forraje se va a almacenar comprendiendo las necesidades nutricionales de las que precisa su ganado.

“Una vez establecido lo anterior, se debe definir el área que producirá el forraje, bien sea del pasto de un potrero ya establecido, o de la siembra de un lote con maíz, sorgo, caña, millo u otra especie que ofrezca ventajas”, resaltó el experto.

Para ensilar, se debe mantener aislado el ganado, y cosecharse en el momento más recomendado, con el fin de evitar pérdidas que exijan suplir a los animales con productos del mercado, o en el caso más extremo, tener que prescindir de ellos.

“Antes de suministrar el forraje, se debe examinar y desechar lo que esté alterado, especialmente las partes contaminadas con hongos. Si se presenta este caso, es necesario analizar de forma complementaria el resto del producto que, aparentemente, está en buen estado, para descartar la presencia de toxinas que pueden afectar a los animales”, añadió Arenas.

Desde el punto de vista económico, es indispensable realizar un presupuesto de costos y de producción, con el objetivo de tener previsto el costo por kilo del producto terminado, y no incurrir en gastos adicionales innecesarios.

Su inclusión como práctica ganadera debe procurar por entender las necesidades de su finca, y los momentos claves para hacerlo. Entienda que, si no se tiene una buena preparación y almacenamiento, se es proclive a que aparezcan bacterias que afecten la calidad de vida de los bovinos.

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