Esto es lo que gasta en agua una granja dedicada a la producción porcícola general

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La producción porcícola colombiana ha tomado conciencia de la necesidad de optimizar el uso del agua en sus granjas, por eso, actualmente para la limpieza de estas, recurren a barrer en seco los lugares, para luego si terminar lavándolos, economizando así importantes cantidades de líquido.

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En la huella hídrica de un producto animal (carne, leche, huevos, lana, etc.) se debe considerar la parte correspondiente a la huella hídrica asociada a los productos vegetales, que el animal ingiere; así como los gastos de agua en toda la cadena de producción, como transporte, beneficio de los animales, ordeño, distribución, etc.

La huella hídrica en la producción de carne porcina, se inicia en el momento en el que se trabajan los campos para la siembra de maíz y soya, entre otros insumos alimenticios; que, finalmente, servirán de alimento para los cerdos.

Esta es la parte de la cadena de la carne porcina que requiere mayor cantidad de agua. Según Mekonnen y Hoekstra, la huella hídrica de la producción de carne porcina promedio está alrededor de los 6.000 litros de agua por kilo de carne, con variaciones importantes entre países (3.000 a 9.000 litros de agua por kilo de carne); diferencias que se deben, en parte, a los sistemas de producción (confinamiento, alimentación en base a cereales o extensivos, con alimentación a base de pastos), y, a los niveles tecnológicos y al uso del agua en la granja.

En la huella hídrica de la producción de carne de cerdo, se considera la necesidad indirecta de agua, la de mayor volumen, que es la usada para producir el alimento para los cerdos (maíz, soya, ambos más de 1100 L/kg), y la necesidad directa de agua, que es la usada en la granja para la bebida de los animales y para las tareas a nivel de granja. El porcicultor prácticamente sólo puede intervenir en la necesidad directa de agua, para disminuir la huella hídrica para producir carne de cerdo.

Natalia Castrillón, administradora ambiental y experta en temas pecuarios, explicó. “En la práctica, en promedio durante un mes en una explotación de porcinos de 2.000 animales, se puede llegar a gastar unos 4.500 metros cúbicos de agua para el lavado y para el consumo de los cerdos se emplean unos 1.500 metros cúbicos”.

Por consiguiente, en una granja de producción bien administrada, en promedio el consumo de agua por animal, puede llegar a ser de 66 metros cúbicos por tonelada producida, teniendo en cuenta, que cada uno puede pesar 160 kilos, llegando a un consumo mensual por animal de 10 metros cúbicos. Castrillón, enfatiza que el gasto más significativo de agua en una explotación porcícola está en función del clima donde esté ubicada y de los manejos que se haga del líquido.

Tatiana Sánchez Torres, médico veterinaria que atiende a los porcinos en el Centro de Biotecnología Agropecuaria del Servicio Nacional de Aprendizaje, Sena, de Mosquera, advierte dijo que, “no hay un estimado de cuánta agua requieren los porcicultores para mantener esta actividad productiva, puesto que va a depender del sistema que se vaya a utilizar y así mismo donde estará topográficamente ubicada la producción”.

“Lo que, sí se puede decir, es que el agua es fuente fundamental para estos semovientes, puesto que cualquier factor externo que genere no tener agua, originará alteraciones graves a nivel fisiológico del animal, que podrían conllevar a pérdidas significativas en cualquier ciclo que se tenga”, indica Sánchez.

Para cuantificar la huella hídrica en el sector porcino es necesario contemplar toda la cadena de producción de carne porcina (del campo a la mesa), y todos los procesos que intervienen en esta y que suponen uso de agua.

De acuerdo con la Guía para la Gestión del Agua en la Explotación Porcina, de la Interprofesional del Porcino de Capa Blanca, Interporc, la producción de carne porcina se inicia en el momento en el que se trabajan los campos para la siembra del cereal, que sirve de comida para los animales. Esta es la parte de la cadena que requiere más cantidad de agua.

Según este documento, la huella hídrica de la producción de carne porcina puede situarse como media en torno a los 6.000 litros de agua por kilo de carne, con variaciones importantes entre países (3.000 y 9.000 litros de agua por kilo de carne). Estas diferencias se deben, en parte, a los sistemas de producción (intensivos con base en cereales o extensivos con base en pastos), y, a las estrategias de manejo y uso del agua aplicables en granja.

Allí mismo se indica, que el 98,1% del agua se requiere en la producción de vegetales y solo el 1,9% en el entorno de la granja y de los animales. Por tanto, todo lo que se haga para reducir el uso del agua en los cultivos servirá para disminuir la huella hídrica de la cadena de la carne de porcino.

Una de las claves para disminuir la huella es Lavar las instalaciones, en especial los corrales, con sistemas de agua a presión. Esta práctica puede reducir entre un 25% a 40% el consumo de agua de limpieza.