Tras aumento de 13% en 2022, por cada hectárea sembrada de papa hay dos de coca

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Por cada hectárea cultivada de papa hay dos de coca, tras el aumento de 13% en 2022

Los cultivos de coca en Colombia aumentaron 13% en 2022, pues el área sembrada pasó de 204.000 hectáreas en 2021 a 230.000, según reportó el Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc).

Este cultivo de uso ilícito sigue ganando terreno a cultivos legales de la vocación agrícola en el país como el café, que solo tuvo un crecimiento de 0,27% en el área cultivada entre 2021 y 2022.

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Y es que por cada hectárea cultivada de papa hay dos de coca; y por cada hectárea de mango hay cinco de coca.
Si se compara con otro tipo de cultivos con mayores siembras en Colombia, el que lidera es el café con unas 842.400 hectáreas sembradas en 2022. Le siguen la palma de aceite, con 580.000 hectáreas y el arroz con 539.915 hectáreas sembradas.

Por el contrario, el cultivo de coca supera en área sembrada a productos agrícolas como aguacate (125.388 ha), cítricos (117.046 ha), papa (114.917 ha), entre otros.

Katheryn Mejía Vergel, directora ejecutiva de Corpohass, señaló que “el aumento de cultivos ilegales como la coca limita la capacidad de la agroindustria para transformar la imagen de nuestro país en el exterior.

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Norte de Santander es el departamento con más cultivos de coca, con 28.000 hectáreas sembradas en la región del Catatumbo. Las mayores siembras coinciden con el accionar de grupos armados ilegales. En Putumayo se registró el mayor crecimiento de zonas dedicadas a cultivar coca.

Las áreas sembradas en este departamento, junto a los de Nariño y Cauca, representan más de 65% de los cultivos de coca en todo el país según el informe de la Unodc.

“Del total, 49% se concentró en zonas de manejo especial. De estas, 10.626 se encuentran en 13 de las 59 áreas protegidas del Sistema de Parques Nacionales Naturales (5%); 34.680, en zonas de reserva forestal (15%); 23.794, en resguardos indígenas (10%); 44.817 en territorios colectivos de las comunidades negras (19%)”, reveló el informe.

En regiones dominadas por grupos armados ilegales, donde no hay presencia institucional del Estado, más personas de comunidades campesinas, afrodescendientes o indígenas se están dedicando al cultivo de la coca antes que optar por otros cultivos legales.

En opinión de Guillermo Trujillo Estrada, analista cafetero, “la coca y el café son los únicos cultivos que garantizan la compra de la producción. En el caso de la coca, la comercialización es ilegal, pero eficiente; mientras que, con el café, se compra a través del Fondo Nacional del Café”, señala.

Trujillo recuerda, entre 2010 y 2015, iniciativas exitosas de sustitución de cultivos en departamentos como Nariño o Caldas, donde muchos campesinos encontraron en el café una alternativa de producción legal y rentable. Sin embargo, considera que en las regiones donde se está sembrando coca en la actualidad sería inviable una propuesta de sustitución que no garantice la salida y comercialización de la producción.