Agricultura

Detectar los celos a tiempo favorece la rentabilidad del hato

10 de noviembre de 2015

Detectar el celo de una vaca no es tarea fácil. Requiere de un proceso de observación profunda y permanente para descubrir y reconocer los cambios de comportamiento del animal, entre ellos el llamado fenómeno de la vaca quieta o standing, cuando se deja montar por un toro.

Muchos de los celos suelen darse en horas de la noche, sin ser la regla, con mayor frecuencia entre las doce y las cuatro de la mañana, cuando el administrador del hato o el encargado de detectarlos, generalmente, duerme. El celo es un periodo de aceptación para el apareamiento. Dura unas 24 horas y ocurre cada 21 días, en promedio. Detectarlo a tiempo es el reto de los hatos productivos, porque perderlos atenta contra la rentabilidad del negocio debido a que los intervalos entre los partos resultan prolongados. 

Las estadísticas indican que solo un tercio de los celos son detectados y, según algunos estimativos, dejarlos pasar le significa a un hato lechero no percibir unos $300.000 al año por vaca. Esto fue lo que buscaron resolver tres pereiranos, ingenieros emprendedores, que se unieron para dar solución, utilizando la tecnología, a una problemática ya sentida entre los ganaderos.

Ahí nació Celotor, un dispositivo electrónico que sirve para detectar el celo bovino. Está compuesto de un chip inyectable del tamaño de un grano de arroz que se coloca en la cola de las vacas, y un cinturón o arnés con un dispositivo que se le pone en el pecho a un toro probador -también llamado chequeador- o vaca machorra. Cuando la res entra en celo, el signo primario es la monta. Una vez eso sucede y el toro probador la monta (éste tiene su aparato reproductor desviado para no preñar a la hembra), el dispositivo que tiene en el pecho queda alineado con el chip que porta la vaca en la cola. Se activa y lee la identificación del animal en celo (nombre y número). 

En ese momento se generan dos mensajes de textos SMS enviados a través de la red de teléfonos celulares, de cualquier operador. Los mensajes llegan a una plataforma que los reenvía a los móviles del ganadero, administrador o inseminador. Ahí quedan alertados del celo. También van por correo electrónico y se envía una actualización a una cuenta de Twitter. 

 “Con ello se avisa que empezó un celo, con la identificación del animal y la hora exacta de inicio que es fundamental para saber en qué momento se insemina”, sostuvo Jhon Fredy López, director de Tecnología de Celotor. Si bien el celo puede durar un día en promedio, el tiempo apto o más apropiado para la fertilización, vía inseminación o monta natural, puede reducirse a unas pocas horas. 

“Por ello, el producto se ajusta a las necesidades de los ganaderos que utilizan el método de inseminación artificial”, señala. Celotor es un equipo con patente de invención y resultó de un trabajo de investigación de tres años con recursos de Colciencias, Wayra (la aceleradora de empresas de Telefónica), y de un fondo de inversión privado que, actualmente, es socio.

“El desarrollo se hizo con ingenieros colombianos. Viajamos a China a completar una parte del proyecto, también a Estados Unidos y las pruebas se hicieron en Colombia”, agrega. La etapa comercial de Celotor se inició hace un año y ya tiene más de 6.000 chips inyectados en vacas y unos 100 toros con dispositivos. El producto también se ha exportado y hay equipos en Guatemala, España y Costa Rica.

“Celotor está pensado de una manera práctica, de tal forma que la electrónica compleja está en el toro y no hay que instalarla a cada una de las vacas. Nosotros buscamos con el equipo facilidad de uso y exactitud en la detección de la monta”, sostuvo. El costo del equipo o kit para un hato de 50 vacas y un toro, es de unos $2 millones. Cada año se debe renovar el lector que lleva el toro, pero el chip queda en la vaca de por vida. 

Aunque el ganadero Julián Noreña reconoce el beneficio de la tecnología y la necesidad de que se masifique, considera que el costo es alto para pequeños productores. “Se están buscando alternativas como alquilar el equipo, cancelarlo a cuotas o pagar por celo”, dijo. 

El toro lleva el dispositivo 
El dispositivo que se instala en el pecho del toro ajustado con el arnés, contiene un sensor que detecta el momento del salto. Cuando sucede se activa una antena que lee el chip de identificación de la vaca. A través de la telefonía celular se envían los mensajes.

“El producto está pensado de una manera práctica, de tal forma que la electrónica compleja está en el toro y no hay que instalarla a cada una de las vacas.Buscamos facilidad y exactitud”.
Jhon fredy lópez
Director de Tecnología de Celotor

“Para un ganadero detectar a tiempo un celo garantiza la rentabilidad del hato. El problema es que la tecnología disponible en ello resulta todavía costosa y es de difícil acceso a los pequeños productores”.
Julián Noreña
Ganadero

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