Invernaderos y aplicación de nuevas tecnologías para proteger los cultivos del clima

Como un “asunto de supervivencia” y de “sentido común” consideró el profesor Carlos Eduardo Orrego el que se decida implementar cualquier tipo de medida que permita la protección de su cultivo ante los diversos fenómenos climatológicos. Las lluvias y los vientos suelen ser los más usuales y los que, por lo general, generan mayores afectaciones.

El reto de afrontar el cambio climático ha llevado al desarrollo o tecnificación de herramientas que permitan garantizar, con más facilidad la protección de los cultivos. Uno de ellos son los invernaderos.

Joan Jiménez, estudiante de ingeniería en Manizales, desarrolló -junto a un grupo de jóvenes investigadores de la Universidad Nacional- un modelo práctico de invernadero que pueda utilizarse en climas adversos y especialmente en la zona urbana, donde toma fuerza la implementación de huertas.

El invernadero, en fase de prototipo, tiene una tarjeta hardware y software que podrá controlar sensores que activan dispositivos electrónicos colocados estratégicamente.

Allí se controlarán variables como la temperatura y la humedad del suelo.
La motivación del desarrollo de esta estructura está, según comentó Jiménez, “en proteger cultivos de una forma mucho más especializada porque el cambio climático está generando importantes afectaciones. Con este proyecto podemos generar microclimas y adaptar una parte del terreno para cultivar otro tipo de plantas que no son originarias”.

“Lo principal debe ser proteger el cultivo de factores como las lluvias y las heladas. La utilización de la tecnología nos permite controlar las variables y mantener un clima estable y que las plantas crezcan de la mejor forma posible”, resaltó Jiménez.

Los aplicativos tecnológicos también están al servicio de una mejor previsión del clima lo que, a su vez, se traduce en saber tomar mejores decisiones que también derivan en ganancias o pérdidas económicas.

El profesor Orrego, por ejemplo, está intentando producir, a través de un desarrollo digital, previsiones en tiempo real, pues “tenemos históricos de varios años, de unos tres años y hemos estado manejado bases de datos de 20 años”.

Todo esto busca que los cultivadores “reciban los elementos y protección adecuada pues así serán más fuertes las plantaciones que por ejemplo puedan estar en riesgo de someterse a un estrés hídrico” y ayudar a la toma de decisiones pues es un hecho que “los productores del campo no tienen suficiente información para tomar decisiones que mejoren su labor diaria”.