Asohofrucol prevé una cosecha de 16.038 toneladas de uchuva para el cierre de 2025

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En 2025, de acuerdo con previsiones de Asohofrucol, se espera una producción de 16.038 toneladas de uchuva, con un área sembrada de 1.769 hectáreas y 1.337 hectáreas en área cosechada, convirtiéndola en uno de los fuertes en exóticos del país. A cierre de 2024, las ventas de uchuva al exterior fueron 9,4% mayores que en 2023, alcanzando US$43,5 millones, afirmando su lugar entre las frutas más exportadas.

Por esto, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) ha adelantado procesos de capacitación en pro de la exportación y seguridad alimentaria en Pamplona. El objetivo de la jornada fue acompañar a pequeños y medianos agricultores de la zona en el proceso para obtener el registro ICA para exportación. En esta ocasión, el acompañamiento fue para 37 productores, que han demostrado interés por mejorar sus cultivos y en su mayoría son parte de Asprofruvehor. Así se logró la capacitación en prevención, vigilancia y control de plagas en los cultivos de uchuvas, de forma que se garantice la sanidad de los mismos.

Para el 13 de noviembre de este año, según el instituto, se tenían puntos de producción habilitados para la exportación en fresco hacia EE.UU. en Boyacá, Gachantivá, Saboyá, Tibaná, Cogua, Granada, Guasca, Sibaté, Soacha, Subachoque y Une. De la mano con esto, se tienen plantas empacadoras habilitadas en Tunja, Bogotá, Cota, Chía, Granada y Mosquera. Como último paso, el país tiene empresas exportadoras habilitadas en Rionegro, Tunja, Bogotá, Cota, Chía y Granada.

Pero ¿qué se debe tener en cuenta a la hora de cultivar uchuva? El Instituto para la Innovación Tecnológica en la Agricultura (Intagri) establece tres aspectos claves para el desarrollo óptimo del cultivo: clima y suelo; siembra y poda; y fertilización. El primero de estos establece que se debería plantar en zonas entre 1.800 y 2.800 metros sobre el nivel del mar, con temperaturas entre 13°C y 15°C. También se debe tener en cuenta la intensidad de la luz que recibe, pues la falta de esta puede impactar en el tamaño, color, sabor y tiempo de maduración de la fruta.

Para Proterritorio también es importante que exista una distancia de siembra: 3 metros entre calles y 2,5 metros entre plantas. En cuanto a la poda, Intagri establece que la poda de formación se debe realizar entre 30 y 45 días después de la siembra. La poda sanitaria, con la que se quitan las ramas no productivas, y la poda de renovación representa la oportunidad del surgimiento de nuevos brotes.

En cuanto a la fertilización, es necesario tener un plan con respecto al suelo y el agua, pues exige nitrógeno en su inicio. También se hace necesario el boro y el calcio, pues cumplen con un papel importante en la formación de los frutos y la falta de estos elementos puede causar que los frutos nazcan agrietados. Antes de la etapa de la floración, resulta importante aplicar fósforo y poco después incrementar el aporte de potasio.