Más de 40% de las empresas de la Cámara Procultivos trabajó con energía renovable

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La Cámara Procultivos de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) reúne a 11 compañías del sector agropecuario, de las que casi 50% tiene metas en neutralidad de carbono para 2050, y logran aprovechar entre 35% y 65% de los residuos de las operaciones. La operación con energía renovable total o parcial fue de 44%, por electricidad de red pública 67% y con gas natural 33%. Así se publicó en ‘Sembrando futuro para la agricultura que merece Colombia’, su informe de sostenibilidad de 2023-2024.

Agrupa cerca de 80% del mercado en insumos para cultivos, y se ha avanzado en lo que corresponde al cuidado del agua, suelos y biodiversidad, de la mano con garantizar la producción de alimentos nutritivos. A lo que se le suma la generación de aproximadamente 6.000 empleos directos (entre 2023 y 2024), y más de 50.000 empleos cada año.

Las empresas han implementado prácticas como modernización tecnológica, electrificación, gestión colaborativa, incremento del uso de energía renovable, digitalización y monitoreo, e implementación de auditorías independientes. Todo lo que ha aportado a la mitigación y adaptación al cambio climático.

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El uso responsable del agua es uno de los aspectos claves, por lo que 20% de las empresas han reducido su consumo tras la implementación de sistemas de medición inteligente. A la vez, la tasa de aprovechamiento de residuos promedio es de 50%, y 100% de los portafolios han implementado etiquetas de altos estándares técnicos.

La industria agrícola sigue consolidándose con potencial de crecimiento, pues 80% del mercado nacional es abastecido por las 13 plantas agroindustriales que se encargan de producir insumos para cultivos. Así mismo, se exporta a 50 países, cuyas cifras durante 2023 y 2024 fueron iguales o superiores a los US$580 millones. Todo ello acompañado con el aumento de 19% en lo que respecta a los establecimientos registrados ante el ICA, teniendo un aporte de US$358 millones y US$361 millones en impuestos (2023 y 2024, respectivamente).

María Helena Latorre, directora ejecutiva de la cámara Procultivos de la Andi, comentó que “hay tres razones esenciales que destacan por qué este informe es estratégico: evidencia la transparencia de esta industria, cuenta con evidencia técnica y verificable, y sienta las bases de la hoja de ruta gremial para 2026”.

Los pilares que guiaron 2023 y 2024 para la cámara fueron sostenibilidad agrícola, con cinco iniciativas y 13 metas; posicionamiento e imagen, con una iniciativa y ocho metas; competitividad agrícola, con seis iniciativas y nueve metas; estabilidad jurídica y regulatoria, con tres iniciativas y cuatro metas.

El más relevante, que se refiere a sostenibilidad, busca implementar proyectos que incrementen la productividad sin afectar el medioambiente y aportando al desarrollo social. Sus iniciativas se enfocan en “ampliar cobertura e impacto de CuidAgro, Mentes Fértiles y del Plan de Atención a Emergencias Químicas, y la contribución del sector a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”.

Pero el trabajo no es solo de las empresas afiliadas a la Cámara, pues es producto de la unión de autoridades nacionales (ICA, Anla, INS, MinAgricultura), organizaciones internacionales (CropLife Latin America y Global G.A.P.), aliados gremiales (SAC y Alac) y comunidades rurales.

La Cámara tiene varios programas para el desarrollo sostenible, dentro de los que destaca CuidAgro, que capacita a agricultores en manejo de insumos, BPA, cuidado de la biodiversidad y mitigación de impactos. Conlleva una alianza entre apicultores y agricultores, para que ambos puedan maximizar sus beneficios. Entre el cierre de 2023 y 2024, sus participantes aumentaron 12%, cumpliendo las metas en talleres y certificaciones, e implicando una inversión de $1.412 millones en 2023 y 1.813 millones en 2024.

En cuanto al trabajo para el desarrollo social, el enfoque estuvo en el fortalecimiento comunitario y participación local; educación, formación y liderazgo rural; equidad de género e inclusión; y sostenibilidad ambiental con enfoque social.

En conjunto, se incluyeron evaluaciones de impacto social, adecuación de espacios rurales, talleres comunitarios de sensibilización, capacitaciones técnicas y programas de voluntariado educativo. Además, programas de formación para mujeres rurales, fortalecimiento económico, encuestas a proveedores y comunidades, siembra de árboles nativos, pilotos comunitarios de huertas, campañas de educación ambiental, voluntariados con empleados y donaciones. Esto enfocándose en los ODS 4 (educación de calidad), 5 (igualdad de género), 8 (trabajo decente y crecimiento económico), 10 (reducción de las desigualdades), 13 (acción por el clima) y 1 (alianzas para lograr los objetivos).

Durante el periodo se tuvieron cinco prioridades en la protección ambiental. La primera, ‘Topografía’, se encargó de la elaboración de mapas para orientar la siembra, la construcción de surcos para mejorar infiltración y reducir erosión, y drenajes. En ‘Suelo’ se centró en el diagnóstico, conservación, control de erosión, tecnología para optimizar la humedad y biodiversidad del suelo.

En ‘Agua’, el monitoreo hídrico, la eficiencia en riego, calidad de agua, captación de agua lluvia, gestión de aguas residuales y restauración ecológica fueron principales. En ‘Unidad Familiar y Sistema Productivo', el enfoque fue agua para consumo humano, seguridad y salud. Por último, para ‘Manejo de insumos’, las temáticas centrales van por infraestructura segura, aplicación confiable, manejo de envases, sobrantes, ropa, equipos, fertilizantes, abonos y bioinsumos.

Luis Fernando Martínez, presidente de la junta directiva de Procultivos de la Andi, afirmó que “este es un hito para nuestra industria, en la que la sostenibilidad no es un tema nuevo. Sin embargo, comparado con nuestro primer informe, ya tenemos programas con resultados verificables, casos empresariales comparables, un alcance ampliado y una nueva estructura de gobernanza, entre otros avances”.

Cabe destacar entonces que hay dos sectores importantes en la industria: protección de cultivos y nutrición de los mismos. La primera incluye herbicidas, fungicidas, insecticidas y todo lo que pueda aportar en la prevención y control de enfermedades, malezas o plagas. El segundo, por su parte, se enfoca en nutrición. Bioestimulantes y biofertilizantes para lograr el crecimiento y rendimiento óptimo de las plantaciones.