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La volatilidad frena el crecimiento del sector agrícola colombiano

De acuerdo con el Banco BBVA es clave la inversión al nivel micro, en la parcela o finca, en la forma de capital para un mejor desempeño de las labores diarias.
Analista LR
Por:
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28 de agosto de 2019
Bloomberg

En poco más de 25 años, el sector agropecuario, silvicultura, caza y pesca en Colombia ha tenido un crecimiento promedio de 2,0%, cifra relativamente baja si se compara con el crecimiento del PIB que alcanza en igual periodo un tampoco muy destacado 3,3%. Así lo destacó un análisis realizado por el Banco BBVA.

Y es que durante ese periodo, el sector no ha logrado doblarse y por el contrario ha perdido relevancia en la economía, participando hoy con apenas 6,2% del PIB. Cifra que no se compadece con el potencial agrícola colombiano, tanto por área como por variedad climática.

Pero, cuando se surca el comportamiento del agro año tras año, según el BBVA se puede ver que aparentemente hay un cambio de régimen a comienzos de esta década, registrando un crecimiento medio mayor al histórico, con 3,2% como valor medio. Ahora bien, también se presenta en igual periodo un mejor crecimiento medio de la economía colombiana, pero sólo cuatro décimas mayores, mientras que la mejora del sector agro es de un punto porcentual completo.

Sin embargo, aunque las cifras no son muy alentadoras se puede entrever que el potencial existe, pero que hay algo que le limita.

De acuerdo con el BBVA ese algo se hace evidente con la sola observación.

“En este nuevo periodo de mayor crecimiento medio sigue habiendo una alta volatilidad. Comparando la de los 25 años con una desviación estándar de 3,1% y el periodo de la última década con una desviación estándar de 3,2%, entendemos que uno de los principales limitantes para el desempeño pleno del agro colombiano está sin lugar a dudas en la incapacidad, hasta la fecha, de reducir la volatilidad a la que se enfrenta este sector económico”, indicó la entidad.

Por otro lado, vale destacar que, a nivel macroeconómico en los últimos años se han logrado importantes avances para la economía colombiana, entre ellos se ha estabilizado la inflación en torno al 3,0%; se mantuvo el financiamiento externo, se redujo la pobreza mejorando la capacidad de gasto de los hogares, se han estabilizado y reducido las tasas de interés que enfrentan hogares y empresas, se han afianzado las exportaciones básicas y como consecuencia se ha logrado una reducción significativa en la volatilidad del crecimiento económico.

Pero pese a ello, parece que todos estos avances no se han podido materializar en igual forma en el sector agrícola colombiano. “Seguramente se podrá escribir un tratado extenso sobre las razones de esta realidad pero a riesgo de simplificar en exceso una realidad compleja, nos aventuraremos a señalar a la baja inversión como uno de los principales problemas que aquejan este sector de gran potencial en el país”, agregó la entidad en el informe.

Pero hablar de inversión no solo se trata de máquinas de elevada tecnología, sino a la capacidad de mitigar los riesgos que afronta un sector tan particular como el agro. Se hace más bien referencia a bienes públicos como distritos de riego, interconectividad para poder sacar los productos a las zonas urbanas o puertos de exportación, centros de logística y acopio que permitan generar economías de escala.

Pero también es clave la inversión al nivel micro, en la parcela o finca, en la forma de capital para un mejor desempeño de las labores diarias, pero en una sociedad donde no existe claridad en los derechos de propiedad sobre las tierras es difícil pensar que cualquiera invierta lo necesario o suficiente para desarrollar un sector productivo con buenos estándares, toda vez que siempre corre el riesgo de perder su inversión o durar largo tiempo en contienda por sus derechos.

Por ello se anticipa un crecimiento aún limitado en el corto plazo, no muy diferente a la media reciente con 1,9% para 2019. En 2020, el crecimiento se mejora, alcanzando un 3,1%, cifra en torno a su promedio de la última década, sustentada en una recuperación en cultivos especialmente.

Sin embargo, estas cifras todavía distan del potencial del sector en Colombia y de lo que otros países han logrado en los últimos años.

Pero en ausencia de cambios importantes en los bienes públicos rurales y derechos de propiedad que permitan avanzar en inversiones, no se podría anticipar un escenario muy diferente al contemplado.

Es clave tomar medidas para reducir la inestabilidad
De acuerdo con el BBVA, si no se garantizan los derechos de propiedad, difícilmente se logrará una inversión a nivel micro suficiente para alentar un sector que poco crece y que es muy volátil. La falta de claridad en la propiedad a la vez acalla las voces para reclamarle al Estado las inversiones que le adeudan al sector, esos bienes públicos que hacen la diferencia entre llegar o no al mercado a tiempo y con calidad, entre poder mitigar las sequías o lluvias que atentan con la cosecha, en últimas esa capacidad de reducir la volatilidad que afronta el campo.

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