Agricultura

Almacafé busca trabajar enfocada en innovación para enfrentar los desafíos actuales

Almacafé trae nuevas variedades resistentes, herramientas digitales, formas de producción y comercialización en cuanto a café
Valentina Rodríguez Chacón
27 de noviembre de 2025

Para el pueblo colombiano, el café ha sido un acompañante clave de su historia. Por eso, Almacafé busca la industrialización e innovación frente a los desafíos que enfrentan los caficultores hoy en día. Trae entonces nuevas variedades resistentes, herramientas digitales, formas de producción y comercialización.

Para 1920, los cafeteros se reunieron por primera vez, y un tiempo después, en 1927, se fundó la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, FNC. En 1929, las granjas escuelas y la asistencia técnica se tomaron el mundo cafetero del país, impulsando el conocimiento y la organización del sector.

Para 1939 nació Cenicafé, que se enfoca en la ciencia e investigación para beneficiar tanto al café como a quienes se dedican a ello. Aun durante el Bogotazo, el sector cafetero siguió fortaleciéndose en lo que se refiere a conocimiento, crédito y asistencia técnica.

Aun cuando en el mundo los conflictos primaban, en Colombia nacía Juan Valdez, la marca insignia del café colombiano. Convirtió al producto nacional en identidad y orgullo, de la mano con la consolidación del servicio de extensión. Asimismo, la Fundación Manuel Mejía se encargó de formar a líderes rurales y mujeres cafeteras.

Más adelante, en 1973, apareció Buencafé, trayendo innovación, industrialización y transformación al sector. Todo mientras la cadena productiva buscaba darle un valor agregado al café colombiano. Aunque la década de 1980 estuvo llena de momentos, como Gabriel García Márquez ganando el Premio Nobel o la tragedia de Armero, la federación no paró con su trabajo.

Así, se consolidaron variedades resistentes de café, junto al manejo integrado de los procesos. Para 1989, con la caída del Muro de Berlín, también colapsó el Pacto Cafetero, por lo que los precios quedaron en manos de los especuladores del mundo. Sin embargo, esto no llevó a la crisis ni al final del sector cafetero de Colombia.

Parece entonces que comenzó el siglo XXI fortalecido, incluyendo cafés especiales y desarrollando versiones de origen, a la vez que Juan Valdez conquistaba consumidores en las grandes ciudades del mundo. Aun en la búsqueda de la paz y de la construcción de memoria y reconciliación, el café estuvo presente.

La federación acompañó a los cafeteros de todo el país, apoyándolos en la renovación de cafetales, construcción de comunidad y fortalecimiento de las familias. Con todo esto se enfrentaron a la pandemia, un momento que marcó la historia no solo para el café, sino para todas las cadenas productivas. Aun así, ni los cafeteros ni la federación dejaron de trabajar, y consiguieron garantizar las compras, asistencia técnica y mantenimiento de las familias.

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