La mejor técnica que existe para que la agricultura puede resistir al cambio climático

Colombia enfrenta una serie de problemas debido al cambio climático, que ocasiona la degradación del suelo y la escasez de agua. Estos dos efectos amenazan el futuro del agro y la seguridad alimentaria del país. Bajo este contexto surge la agricultura regenerativa como una de las mejores soluciones, ya que permite restaurar los ecosistemas del campo para mantener la productividad y la resiliencia de los mismos.

Aunque es importante destacar que esta técnica no es algo nueva, pues reúne una serie de técnicas como la siembra directa, cobertura del suelo, agroforestería y sistemas silvopastoriles, con resultados que son evidentes. De hecho, esta técnica ya es utilizada en algunas zonas cafeteras y de producción de frutas, donde se viene demostrando que estas prácticas no solo regeneran la materia orgánica presente en el suelo, gracias a que también capturan el carbono y mejoran la estructura de los cultivos.

Pero, ¿de qué se trata?

Este enfoque para muchos expertos puede ser una mirada hacia el pasado, debido a que la fórmula está centrada en disminuir el uso de la maquinaria pesada en los cultivos, para recurrir a abonos verdes, mantener las cubiertas vegetales y diversificar los sistemas de cultivos por medio de una labranza menos agresiva en el suelo, además de la apertura de unas pequeñas zanjas para poder tener el agua.

Además, de acuerdo con el Foro Económico Mundial, si se llega a expandir por todo el mundo esta práctica, es posible capturar cerca de 23 gigatoneladas de CO₂ para 2050, lo que significa una reducción en la presión que hay en este momento sobre los recursos hídricos y el ecosistema en general.

En cuanto a Colombia, para nadie es un secreto que es un país que cuenta con una gran biodiversidad y también con diferentes climas, que afectan tanto el suelo como el agua; por ello, la agricultura regenerativa puede traer una combinación importante que ayuda en los cultivos que va desde la restauración ambiental, la seguridad hídrica y beneficios económicos para los productores.