Agricultura

20 años de martillo en las subastas ganaderas

12 de julio de 2016

Durante 1994, los problemas de infraestructura vial (sobre todo rural), el recrudecimiento de los conflictos armados, entre otros, fueron  aspectos que comenzaron a dificultar el acceso a las fincas (que actualmente debemos llamar “Empresas Ganaderas”) y que en definitiva terminaron afectando las compras y ventas de ganado en pie en varias zonas del país. 

En vista de lo anterior, “Fadegan”, la liquidada Federación Antioqueña de Ganaderos, se esmeró en encontrar una salida para este problema que enfrentaban los ganaderos y decide apostarle a crear y desarrollar un nuevo canal o sistema de comercialización de ganado.  Es así como Fadegan da vida a las Subastas Ganaderas, que son recintos en los que se busca, aparte de solucionar los problemas antes mencionados, brindar unas mejores condiciones de mercado, transparencia, seguridad y eficiencia. 

Con la introducción de este nuevo sistema de comercialización de ganado en pie se empezaron a crear igualmente oficios o labores muy específicas dentro del engranaje de funcionamiento de estas nuevas empresas (Subastas Ganaderas). Algunos de ellos son los pesadores, mostradores de ganado, paleteras o raqueteras. Pero sin lugar a dudas, lo más relevante y de mayor trascendencia fue el nacimiento del llamado “Martillo de Subasta”, pues es quien representa todo un gran grupo de trabajo y es en quien se deposita la confianza y responsabilidad de valorar o poner en venta la producción de las empresas ganaderas. 

El Martillo es quien, en todo momento, maneja los hilos en las negociaciones; sus herramientas son un micrófono y un Martillo o instrumento que se asemeje a este que, al ser golpeado contra una superficie de madera (Atril), genera la sensación de aceptación de una oferta y lleva a un conteo final para el cierre de la negociación al mejor postor. Esta función es desarrollada por personas que aunque no hayan estudiado para tal fin (no existen escuela para Martillos), demuestran una habilidad innata de perder el temor para hablar ante un gran público. De expresar con claridad y conocimiento los atributos, bondades y cualidades de los ganados expuestos para venta  acompañado de energía, entusiasmo, concentración y habilidad para transmitir una descarga de buenas intenciones que lleve a los interesados a levantar “la raqueta o paleta”, en señal de interés y marcando la puja o posición que se está dispuesto a tomar en la negociación.

El conocimiento técnico sobre ganados y su administración, el conocimiento permanente del mercado y de la clientela, el desarrollo de la habilidad de improvisar un temperamento firme y el manejar con sutileza las tendencias del mercado, la buena reputación y los buenos hábitos en la vida diaria, son algunas de las cualidades que debe poseer el martillo de subasta. De igual forma, debe poseer la habilidad para manejar la “Psicología del mercado”, comprendiendo las necesidades, el temperamento y la actitud de cada uno de los interesados en cada negociación.

Hoy en día existe un gran número de subastas ganaderas a lo largo del territorio nacional y de la mano de ellas, un grupo de Martillos, jóvenes algunos y otros no tanto, que desarrollan esta labor con profesionalismo y altísimo compromiso, que de una u otra manera están aportando al desarrollo del país y contribuyendo a que la ganadería sea una actividad rentable y llena de pasión y amor.

Camilo Mesa
Martillo de Subagan

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