Cuál es la realidad en el panorama cafetero

Siguiendo la senda del cacao, el café también fue una de las materias prima que alcanzó máximos en estas últimas semanas. La alta temperatura y las fuertes sequías en todo el mundo están desplazando sus consecuencias a los cultivos de calor como el café.

Los futuros del robusta de Londres, el punto de referencia mundial, subieron más de 50% desde 2023, a alrededor de US$3.500 la tonelada. Esta semana, repuntó la cifra sobre los US$3.500.

Y esto, para Colombia, significa un incremento en precios que favorece a los caficultores, ya que el mundo empezó a demandar el café arábica, el que exporta Colombia, haciendo que el precio del Contrato C, el referenciado para los orígenes del país, siguiera al alza.

Pero algo curioso está pasando y es que, al tiempo que la carga interna de café llega a su precio más alto desde mayo de 2023, cerrando en $1,84 millones con fecha de cierre a 19 de abril, varias organizaciones cafeteras están protestando y, de hecho, están en paro.

La Unión de Cafeteros de Colombia, siendo una de las organizaciones líderes de la iniciativa, aseguran que exigen que el precio de la carga interna de café sea sobre los $2 millones, ya que producir una carga está sobre los $1,8 millones.

Precisamente, uno de los pequeños y medianos caficultores del país, como Eduardo Valeriano, el dueño de Casa Portones, explicaba que él fija su precio de carga sobre los $2 millones para evitar cualquier fluctuación con el precio del café.

La finca, ubicada en la vereda Portones, del municipio San Bernardo, en Cundinamarca, produce café bajo sombra, en donde de las 12 hectáreas de extensión, siete son para café.

En los cultivos, compuestos por 40.000 árboles de café, hay cerca de cuatro a ocho personas con dos o tres jornales a la semana para hacer trabajos de siembra de los cafetales, y otra de las particularidades, es que la mayoría son mujeres.

Doña Myriam, una de las recolectoras que va a trabajar varias veces a la semana a la finca, habló de lo importante que es tener el cuidado y sentido de pertenencia con la planta, ya que la recolección es prácticamente lo clave que determina la calidad de la cosecha.

“Hay que tener la planta bien linda, en el momento de recolección solo coger los granos maduros y recoger el que se cae por la broca”, dijo a Agronegocios durante una de las labores de recogida. Además, cuentan que el proceso, más allá de la poda y siembra, es cuidar la planta, saber cuándo y cuánto cortar sus hojas, y tener el reconocimiento propio del crecimiento.