Casa de campo Daniella P. Rodríguez

El fique volvió desde la ancestralidad para quedarse

28 de agosto de 2024
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La popularidad de los cultivos en Colombia regularmente trasciende de una coyuntura que ajusta de alguna manera la oferta de un cultivo tradicional, por lo que se le hace necesario su sustitución o diversificación.

Pasó con la seda en los ochenta cuando llegó la roya cafetera, y está volviendo a pasar con el fique, la planta de fibra natural que utilizaban los ancestros para tejer los sacos de café y alpargatas, y la coyuntura que lo está popularizando es que puede entrar a sustituir al plástico, uno de los productos perecederos más contaminantes sobre la tierra.

Hace 10 años el área de cultivo del fique se redujo 40%, cocinando un déficit de la demanda interna en casi 8.000 toneladas por año, y esto se explicó principalmente por unas deudas que dejaron un exceso de productividad en la década de los 70, haciendo este cultivo poco rentable para los campesinos, y desplazando la mano de obra hacia café, arroz, maíz y coca.

Hoy, el Ministerio de Agricultura vio en el fique una oportunidad en pro de la sostenibilidad y de la sustitución rápida del plástico. Desde julio, la Cartera inició una estrategia de fomento para el cultivo y así incentivar el uso de la fibra de fique para la comercialización y uso de empaques, esto con el fin de tener una alternativa ambiental que apoye a unas 70.000 familias en Colombia.

La fibra de fique tiene un impacto importante en el medio ambiente, sus plantas ayudan a la fijación de carbono, logrando reducir el efecto del cambio climático en su proceso de producción. Asimismo, el Ministerio de Agricultura afirmó que este producto tiene la capacidad para reducir la dependencia de plásticos y productos petroquímicos, ayudando también a la producción de otros elementos como biogás, abono o fertilizantes orgánicos.

Isidro Paja, uno de los agricultores de fique en Silvia, al Norte del Cauca, lleva 47 años cultivando la planta, y relata que el producto que se obtiene de la cosecha puede utilizarse para múltiples usos: está el jugo (bagazo) de la planta que puede utilizarse para fertilizantes orgánicos.

También la “cabuya”, como se le llama a la fibra, y esta puede utilizarse para sacos, alpargatas, mochilas y escobas. “Nosotros solo utilizamos 4% de la fibra, el 96% se queda en bagazo y en jugos que sirven para fertilizar muchos campos y tierra para volver a sembrar”, explicaba.

La escases actual de fibra de fique es un buen escenario para trabajar planes concretos de siembra y plantear nuevos retos de aplicación de técnicas y tecnologías, y, por cierto, ser sostenibles.

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