Comentarios Fernando García Rubio

Flores y caucho natural: lazos de la sostenibilidad rural en las exportaciones colombianas

10 de octubre de 2025
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La floricultura colombiana, como líder mundial, tiene en el caucho natural y sus campesinos una oportunidad dorada para cerrar un círculo de proveeduría local sostenible, generar desarrollo social y fortalecer su promesa de proteger el medio ambiente.

En Colombia, pocas industrias del agro han mostrado una evolución tan consistente y prometedora como el caucho natural. Sin embargo, también son pocas las que han tenido tan poca visibilidad en la conversación nacional. Mientras sectores como el floricultor han logrado con mucho esfuerzo ocupar titulares y exportar no solo productos sino prestigio, el caucho también avanza, pero en silencio, con cifras que sorprenden al lado de una sostenibilidad que inspira.

El sector de las flores de exportación en Colombia representado por su gremio Asocolflores es un motor económico y social de reconocimiento mundial. Según cifras oficiales, las exportaciones de flores colombianas superaron los US$2.380 millones en 2024, empleando a más de 100 mil personas, muchas de ellas mujeres rurales. En 2025, el sector floricultor cuenta con 245.000 empleos formales entre directos e indirectos. La floricultura ha sabido posicionarse no solo por su calidad, sino por una estrategia de comunicación coherente, emocional y comercialmente efectiva.

Es por eso que para para mantener su liderazgo en los mercados más exigentes de Europa, Norteamérica y Asia, cada detalle de su cadena de suministro y logística debe reflejar la más estricta ética ambiental y social. Y es aquí donde el caucho natural colombiano entra en escena, ofreciendo un puente virtuoso entre dos mundos agrícolas.

La necesidad de un embalaje responsable

El embalaje y la logística son el corazón de la exportación de una flor delicada. El agrupamiento de los tallos y la protección durante la poscosecha requieren el uso de elementos de sujeción (como bandas elásticas) y protección para el personal (guantes) que manipulan el producto. Tradicionalmente, muchos de estos insumos han sido de origen sintético o importado.

La transición hacia el uso de guantes y bandas de caucho natural de origen colombiano no es solo una elección de materiales, sino una declaración de principios sobre la responsabilidad ampliada del productor. El caucho natural, extraído del árbol Hevea Brasiliensis, es un material renovable y biodegradable que se integra perfectamente con los principios de economía circular que el sector floricultor, a través de certificaciones como Florverde Sustainable Flowers, busca promover.

La conexión entre el campo floricultor y el campo cauchero nacional genera un triple impacto con profundas implicaciones para la paz y el desarrollo rural.

Impacto social y paz territorial. Los cultivos de caucho natural se han establecido históricamente en regiones con economías rurales frágiles, incluyendo zonas de posconflicto y sustitución de cultivos ilícitos, como Caquetá, Guaviare, Meta y Bajo Cauca Antioqueño entre otros.

Al demandar caucho natural directamente a pequeños y medianos campesinos, el sector floricultor inyecta un flujo de ingresos estable y legítimo, fortaleciendo la economía lícita y brindando alternativas concretas a miles de familias rurales. Es un poderoso mecanismo de encadenamiento productivo con sello de equidad rural.

Impacto ambiental consistente. Los cultivos de caucho natural son, por naturaleza, una forma de reforestación y conservación de bosques naturales. El árbol de caucho natural contribuye a la captura de carbono, la conservación de la biodiversidad y la protección de los suelos frente a la erosión. Al preferir el caucho natural para sus insumos de embalaje, la floricultura refuerza su compromiso ambiental, no solo en su propia finca, sino a lo largo de toda su cadena de valor.

Fortalecimiento de la soberanía productiva. Depender de insumos locales de alta calidad, como el látex procesado por la industria nacional, minimiza la dependencia de cadenas de suministro globales volátiles. Una banda elástica que asegura un ramo de rosas exportado se convierte en un símbolo tangible de la capacidad de Colombia para autoabastecerse con materiales renovables y de origen agrícola que son sostenibles.

Para maximizar este potencial, ambos gremios, el floricultor y el cauchero, deben profundizar su integración. Entre algunos retos para lograrlo, pueden contemplarse temas como la estandarización y el volumen; acá se debe asegurar que los productos derivados del caucho natural (bandas y guantes) cumplan con los estrictos estándares de calidad, resistencia y volumen que la logística de exportación de flores requiere.

Para esto el gremio de caucho natural, Confecaucho, ya ha venido trabajando en la certificación de todas sus plantas agroindustriales bajo el estándar internacional FSC y los floricultores cuentan con la certificación Florverde Sustainable Flowers.

Otro reto es la trazabilidad social. Se deben implementar sistemas robustos que garanticen la trazabilidad del látex hasta el campesino o la cooperativa de origen, permitiendo al consumidor final internacional —cada vez más consciente— conocer la historia de desarrollo social detrás del producto.

La flor colombiana es la embajadora de la belleza en el mundo. Al amarrar sus ramos con el caucho natural que brota de la tierra de sus campesinos, no solo está asegurando la flor, sino que está tejiendo una red de prosperidad, paz y sostenibilidad que define el futuro de la agricultura exportadora de Colombia. Es hora de que el mercado reconozca y exija esta doble historia de éxito rural.

 

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