Equinos

Algunas estrategias para optimizar alimentación equina durante la temporada de lluvias

La actual temporada de lluvias que atraviesa Colombia representa un gran desafío para la alimentación de los equinos y, debido a esto, se pueden elevar los costos de mantenimiento
Juliana Ramos Mosquera
06 de mayo de 2025
Flickr

La actual temporada de lluvias que atraviesa Colombia representa desafíos significativos para la alimentación en los equinos, debido a que la humedad constante puede afectar la calidad del forraje, aumentar el riesgo de enfermedades digestivas y elevar los costos de mantenimiento. No obstante, con prácticas adecuadas y conocimiento técnico, es posible garantizar la salud de los caballos y optimizar los recursos disponibles.

En primer lugar, durante las lluvias es fundamental ofrecer heno o henolaje de buena calidad debido a que la hierba fresca puede ser escasa o de un menor valor nutricional. El forraje debe representar al menos 1.5% del peso corporal del caballo diariamente. Por ejemplo, si el caballo pesa 500 kg, este mismo debería consumir entre 7.5 y 10 kg de heno al día, pues este alimento cuando es de buena calidad no solo proporciona los nutrientes necesarios, sino que también ayuda a mantener la temperatura corporal por medio de la fermentación en el intestino grueso, para así prevenir enfermedades que causen gastos adicionales.

De igual manera, la humedad excesiva puede provocar la aparición de moho en el heno, lo que representa un riesgo importante para la salud respiratoria de los caballos. Por esto, lo más recomendable es almacenar el forraje en lugares donde se encuentre seco y bien ventilado. Asimismo, puede llegar a ser favorable utilizar redes o comederos elevados para evitar que el heno entre en contacto con el suelo húmedo, para así reducir el desperdicio y el riesgo de contaminación.

En igual medida, el consumo de agua es crucial para la digestión y la salud general del caballo. Durante la época de lluvias debe asegurarse de que los caballos tengan el acceso constante al agua que esté limpia y fresca. Además, el agua debe estar a una temperatura adecuada debido a que cuando se encuentra demasiado fría, el animal puede llegar a disminuir su consumo y esto es bastante riesgoso.

Las condiciones climáticas húmedas, por otro lado, pueden aumentar las necesidades energéticas de los caballos. Lo más aconsejable para esta situación es completar la dieta con alimentos concentrados ricos en fibra y energía, como el salvado de arroz, que se puede ir introduciendo gradualmente para evitar complicaciones digestivas y no tiene un precio alto.

Aunque suene extraño, es fundamental evaluar con regularidad las condiciones corporales de los equinos y más cuando las condiciones del clima obligan a que ellos estén cubiertos. El palpar las costillas, la cruz y la grupa puede ayudar a detectar de manera simple pérdidas o aumentos de peso, permitiendo ajustar la dieta en consecuencia a esto para evitar sobrecostos adicionales si es el caso.

Los caballos prosperan con rutinas que sean consistentes; por ello es clave alimentarlos a las mismas horas cada día para así mantener una digestión eficiente y reducir el estrés. Además, dividir la ración diaria en varias comidas pequeñas puede mejorar la absorción de nutrientes y brinda un ahorro económico para los propietarios de los animales.

Finalmente, recuerde que cada caballo es único y puede requerir ajustes específicos en su dieta y manejo, por lo cual consultar un veterinario o experto en el tema puede brindar una orientación personalizada que permita garantizar el bienestar del equino y asimismo ahorrar en la alimentación de estos mismos.

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