Agro

Ovidio Osorio tiene 87 años y lleva años siendo el papá de las mulas en Colombia

Las mulas y burros de Antioquia son famosos, especialmente los criados en Titiribí, llegando incluso a exportarse a varios países
Rafael González T.
29 de octubre de 2025
En el cometido de destacar estos animales hay una persona que se merece todo el reconocimiento y los honores: Ovidio Osorio Orrego
Cortesía

En las últimas décadas cada vez son más frecuentes, reconocidas y valoradas las exposiciones de los asnales y los mulares en diferentes territorios de Colombia. La presencia de estos animales, fundamentales en la historia del país y en su desarrollo económico, se hizo más fuerte en cuanto a ejemplares que se volvieron iconos y estandartes de criaderos especializados, principalmente en Antioquia.

Este reconocimiento le hace justicia, cientos de años después, a los mulares y los asnales que fueron protagonistas, primero de la fundación de los pueblos; y después, en los siglos XVII, XVIII y XIX, en la consolidación de la economía basada en la minería y en el café.

En Antioquia y otros departamentos, principalmente del Viejo Caldas, hoy Eje Cafetero, las recuas de mulas, llevadas siempre al frente por los arrieros, abrieron caminos, conectaron pueblos y fueron el motor de la economía con el transporte de cargas de todo tipo. Inclusive, hoy, aún tienen una gran preponderancia en la cotidianidad rural de estos lugares.

En ese cometido de destacar estos animales hay una persona que se merece todo el reconocimiento y los honores: Ovidio Osorio Orrego, un criador de burros y mulas que a sus 87 años, de la mano de su familia, en el criadero Villa Luz (Girardota, Antioquia), sigue manteniendo viva esta tradición y es un estandarte y un ejemplo para el gremio.

Don Ovidio Osorio, con sus inseparables mulas. Fotos: Cortesía Asdesilla

 

Don Ovidio Osorio, como se le conoce, es claro en advertir que Titiribí ha sido el municipio insignia de los asnales y los mulares, no solo en Antioquia, sino en Colombia. Incluso, esta población es llamada “la capital mundial de la mula de silla”. En ese lugar nació, el 6 de enero de 1988, en la hacienda El Refugio, el burro ‘Cosaco’, el reproductor más famoso de Colombia que fue propiedad de don Ovidio Osorio.

“Le conocí unas crías a ‘Cosaco’, entre ellas algunas de paso fino, y me gustó mucho ese burro. Por eso lo compré en 1995, cuando tenía ocho años. Él es el padre de mi criadero. También hay un mular famoso, que es un hijo de ‘Cosaco’, que es ‘Jumbo de Villa Luz’, el mejor trotón galopero que ha tenido Antioquia y Colombia, que nació en 2004”, dijo don Ovidio Osorio Orrego, propietario del Criadero Villa Luz y socio honorario de Asdesilla. Don Ovidio Osorio es hijo de arriero y amante de las mulas de toda la vida, tras dedicarse por muchos años a la crianza de los mulares, decidió enfocarse en mejorar la raza del burro tipo colombiano.

“El desarrollo y la evolución de los asnales y los mulares ha avanzado mucho en los últimos años. Quiero que todos los días mejore. Hoy vemos unos animales muy bien arrendados y bien movidos caminando en el paso fino colombiano. Todos los días aprendemos más de los mulares y los asnales; y descubrimos más bondades en estos animales”, aseguró él.

La fama de las mulas y los burros de Antioquia, especialmente los criados en Titiribí, se extendió por buena parte del mundo. Su calidad las hizo famosas y se empezaron a exportar a Estados Unidos, México, Panamá, Costa Rica, Puerto Rico y Ecuador, entre otros países.

El furor de otros ejemplares, además de ‘Cosaco’, como ‘Carolo II’, ‘Napolitano’, ‘Huracán’ o ‘Joyero’, se tomó exposiciones y la afición por los asnales y los mulares creció exponencialmente en los últimos años. Es tanto así que por su versatilidad, nobleza y facilidad para la monta, las cabalgatas de mulas son más frecuentes y exitosas día tras día en Antioquia y el país.

Un merecido reconocimiento

Para honrar el gran legado que le ha dejado a Colombia el criador Ovidio Osorio Orrego, como fundador y al frente del Criadero Villa Luz, el pasado 15 de octubre Central Ganadera realizó en sus instalaciones un homenaje que incluyó el conversatorio ‘Caminos y saberes: mulares y asnales’. En la actividad participaron también los criadores Felipe Osorio, Víctor Vélez y Jorge Mario Mejía; y el montador Aníbal Vélez.

Además, ese mismo día se realizó una subasta especial con 110 lotes de 119 animales y una programación alterna cultural y musical en la sede de la Feria de Ganados de Medellín. En este espacio se ilustró a los asistentes sobre la importancia de los asnales y mulares en la historia y las tendencias más importantes de la crianza.

“Siempre hemos estado presentes ahí para seguir el legado de mi padre Ovidio Osorio. La gente se ha dado cuenta de que la mula es un animal en el que se puede andar con suavidad y disfrutar. Nos esmeramos día a día por producir burros de calidad para llegar al fin que nos compete que son las mulas. Es increíble ver la forma en que ha crecido el amor por las mulas”, dijo Felipe Osorio, propietario del Criadero Villa Luz.

LOS CONTRASTES

  • Lucas Londoño MontoyaGerente de Central Ganadera

    “Don Ovidio ha hecho un mejoramiento de la genética a los asnales y los mulares. Su trabajo para hacer conocer el gremio en el mundo es muy valioso”.

  • Felipe OsorioCriador e hijo de Ovidio Osorio

    “He trabajado al lado de mi padre y es un legado del cual estoy muy orgulloso. Hay un antes y un después en los asnales y los mulares después de él”.

“Cuando compré a ‘Cosaco’ pensaban que estaba loco”

Don Ovidio Osorio Orrego es una institución en el gremio de los asnales y los mulares en Colombia y el exterior. Su trabajo desde su criadero Villa Luz, al lado de su familia, es un referente obligado a la hora de hablar de estos animales y su mejoramiento genético que los ha llevado a ser una tendencia entre los aficionados y empresarios del agro en el país.

A sus 87 años no duda en afirmar que las mulas y los burros son animales absolutamente hermosos por su nobleza y condiciones que entregan a quien los monta o los usa para las labores diarias y, sin duda, reconoce en el burro ‘Cosaco’, a uno de los más importantes ejemplares en la historia del país.

A sus 87 años, don Ovidio Osorio Orrego, reconoce que una de las cualidades más importantes que tiene una buena mula es la mansedumbre.

 

¿Cómo es la historia de la compra del burro ‘Cosaco’ y cuánto tuvo que pagar por ese ejemplar tan representativo?

Antes de comprar a ‘Cosaco’ había tenido varios burros con la finalidad de lograr tener buenas mulas. Ese burro era propiedad de don Jairo Posada. Cuando conocí las mulas de paso fino me encantaron. Me di cuenta de que ‘Cosaco’ era padre de una mulas muy finas y me dije: ‘ese burro lo tengo que comprar’.

Me fui a Titiribí a comprarlo y en ese momento no lo vendían. Por ese burro pagué cinco veces más de lo que valía y di $20 millones en 1995. Eso era un platal y unos amigos me prestaron la plata. La gente pensaba que estaba loco o que era bobo. Después, ‘Cosaco’ solo era el único que se servía con las mulas y se obtuvieron muy buenos resultados. Fue un ejemplar muy importante que lo llevo en el corazón.

¿Cuál es la característica principal que debe tener una buena mula?

Una buena mula debe ser mansa. Un ejemplar así se deja acariciar y se vuelve gran amiga del hombre.

¿Cómo vivió el homenaje que le hicieron el pasado 15 de octubre en Central Ganadera?

Para mí ese homenaje fue una gran satisfacción porque reconocen mi trabajo, que lo hago con mucho amor y lo enseño con mucho gusto desde hace décadas todos los días.

¿Cómo ve el auge que hay en la actualidad de cabalgatas de mulas, exposiciones y eventos ligados a este animal?

Los señores caballistas se habían demorado mucho en reconocer los valores que tiene la mula, porque es un animal inteligente, manso y seguro para andar por los caminos.

¿Cómo ha logrado transmitir ese legado a sus familiares en el criadero Villa Luz en Girardota (Antioquia)?

Toda mi familia me ha apoyado siempre en el trabajo que hago desde el criadero Villa Luz, yo estoy muy feliz de que ellos estén a mi lado y puedan continuar este legado, porque es un trabajo que hago con mucho cariño y corazón. Eso me da mucha felicidad.

¿Para usted qué significan las mulas?

Es el mejor ejemplar para la persona cabalgar, pasear y darse gusto. Más bueno que montar en una buena mula mansa no hay en el mundo.

¿Cómo se logra criar una buena mula?

Apareando una buena yegua con un buen burro. No hay ninguna clase de secretos, lo que hay que hacer es darle los mismos cuidados del caballo: bríndele comida, admírela y quiérala.

¿Qué características reconoce en un buen ejemplar?

Las principales características que identifico y que dan cuenta de que es un buen ejemplar las veo de inmediato: cuando es mansa, cuando es voluntaria y es bonita podemos decir que estamos frente a un buen ejemplar. A esto se le suman los cuidados que hay que proporcionarle. Solo así se logra levantar una buena mula.

*Las fotos de este artículo son cortesía de Asdesilla

Las mulas son animales de exportación

La fama de las mulas colombianas, especialmente las de Titiribí (Antioquia), se ha extendido por el mundo por su belleza y calidad. Según Jorge Mario Mejía, propietario del criadero La Suiza Mejía, ha exportado ejemplares a diferentes países como Estados Unidos, Costa Rica, Salvador, México, Ecuador y Panamá entre otros.

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