Agro

Así es el proceso para que pueda transformar los residuos orgánicos en abono

60 kilográmos de compost se obtienen por cada 100 kilográmos de residuos orgánicos
Por:
Cristina Estrada Rudas
23 de octubre de 2019

A diario en la finca se producen cantidades de residuos que fácilmente se confunden con basura como lo son las hojas caídas, los recortes de árboles, los restos de poda, los desechos de comida y las excretas de algunos animales. Todos son residuos orgánicos que tienen la facultad de convertirse en compostaje o abono natural. Nos referimos a aquellos residuos que pueden ser degradados biológicamente mediante procesos naturales.

Es así como toda finca, sin importar su tamaño o uso, es generadora de residuos orgánicos e inorgánicos, por lo que su adecuada disposición no solo conllevará a un mejor aprovechamiento de la misma si no porque también dentro de las buenas prácticas agropecuarias está establecido la disposición final de residuos.

Dentro de las prácticas de aprovechamiento, lo primero que se debe tener en cuenta es la clasificación de los residuos que sirven y los que no. Hay dos tipos que pueden ser aprovechados. Uno de ellos son los secos, como podas, paja, cartón, aserrín, ceniza de madera y otros. También están los denominados verdes, que son restos de frutas y verduras, estiércoles frescos de animales herbívoros y restos de cosechas de huerta.

Después de hacerlo, el proceso de compostaje es relativamente sencillo, pues no requiere ingredientes extras fuera del que se disponga o se recoja. Una vez clasificado los residuos, es importante contar con un espacio donde se pueda realizar el compostaje. Dicho espacio debe ser preferiblemente con piso de cemento para hacer el proceso más sencillo, ya que éste debe revolverse continuamente y requiere una humedad que no supere 70 %. Puede usarse un recipiente de plástico, llamado compostador, pero no es estrictamente necesario.

Luego de reunir todo el material, hay activantes opcionales que harán del abono un producto de mejor calidad como lo son la melaza, levadura, mantillo de bosque o la hojarasca. El paso a seguir es agregar agua, es muy importante tener en cuenta que en el proceso de compostaje hay que ventilar y revolver mínimo una vez por semana a partir del primer mes, para no correr el riesgo de que se pueda podrir.

El proceso dura cerca de tres meses dependiendo de la maduración o el tipo de compost que desee o requiera. Hay compost fresco, que lleva de dos a tres meses y se utiliza para cuidar jardines y evitar malezas o el maduro que tiene un tiempo de maduración de cinco a seis meses, que adquiere un color más oscuro y se emplea para todo tipo de cultivos de platas.

“Si las personas fueran conscientes de los aportes que trae el compostaje a los suelos y de lo importante que es incorporar materia organiza a los mismos, seguramente dejarían los fertilizantes que en un principio parecen muy efectivos pero que a la larga son esclavizantes, costosos y terminan por dañar el suelo”, expresó Francisco Javier Rincón, trabajador de campo del Sena y encargado de realizar el compostaje.

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Un bulto de tierra abonada puede costar entre $7.000 y $8.000, y uno de tierra abonada especializada podría estar entre $19.000 y $21.000, dependiendo del vivero o del lugar donde se compre. Realizar procesos como los antes mencionados no requieren más que el buen manejo y aprovechamiento de los residuos, así no solo contribuiría a la reducción de las basuras que se llevan a los vertederos o a las plantas de valorización sino también a su bolsillo, ya que de cada 100 kilogramos de basura orgánica se obtienen 30 kilos de compost.

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