Agro

Carne de conejo: alimento saludable, pero aún falta más promoción en el país

Otra de las barreras identificadas por la empresaria, que limita el crecimiento del consumo a niveles masivos en el país, es el gran desconocimiento de los beneficios y propiedades nutricionales.
Analista LR
Por:
LR
09 de julio de 2015

“Pero no hay lío. Hay razas dedicadas a producir mascotas y otras especializadas en carne. Mis hijos tienen conejos de mascota y son además consumidores. Una cosa no riñe con la otra, señala.


Su granja, Los Alisos, una empresa familiar que fundó su mamá hace más de 20 años, ubicada en la zona rural del municipio de La Calera (Cundinamarca), es pionera en el país en la producción y comercialización de los subproductos derivados del conejo como la carne en canal, pieles, pie de cría, conejaza, entre otros.

Otra de las barreras identificadas por la empresaria, que limita el crecimiento del consumo a niveles masivos en el país, es el gran desconocimiento de los beneficios y propiedades nutricionales que tiene esta carne, y que según dice, supera con creces a la de res, pollo y cerdo o pavo, que son las más demandadas.

Esto acompañado de una falencia grande de promoción, que los cunicultores dicen no pueden hacer solos. En el panorama pecuario de Colombia la cunicultura es una actividad de muy bajo perfil. La producción es a baja escala, está atomizada y es difícil la consecución de estadísticas oficiales actualizadas que le midan el pulso a este renglón, sobre el cual la FAO ha recomendado incentivar en los países en desarrollo para combatir la pobreza.

Estadísticas del Dane, registrada en la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2011 (último dato disponible) indica que la tasa de producción cunícola está en 127.086 cabezas, de las cuales 78.700 son hembras. Lo que se ha conocido es que buena parte de la producción es artesanal concentrada en campesinos con pequeñas unidades, mucho para autoconsumo.

Otra, está a una escala más industrial: granjas, tal vez no más de 10, con plantas de sacrificio, que se dedican a producir y procesar en canal la carne para comercializar en grandes superficies y restaurantes y trabajan subproductos como la piel, porque del conejo se aprovecha todo. Incluso los cunicultores señalan que las mismas autoridades no tienen clara la normatividad para el renglón y han tenido dificultades con los registros.

Entre los departamentos que aparecen con producciones significativas, de acuerdo a los datos del Dane, están Antioquia, Nariño, Boyacá, Cauca, Valle y Cundinamarca. Este último puede ser el de mayor consumo. “En estos 20 años, el consumo ha incrementado pero a paso lento y hemos sentido un estancamiento en los últimos dos años, tal vez porque hay más competencia”, señala Ramírez. Los Alisos sacrifica unos 800 conejos al mes y tiene unas 400 conejas en producción.

Elizabeth Martínez y su esposo Ferney Lerma, también le apuestan a la cunicultura. Al renglón entraron por hobby, pero vieron una oportunidad de negocio, cuenta Martínez, al ver una carne con muchas propiedades y poco consumida por desconocimiento. Ellos son propietarios de la granja La Johana, ubicada en Chocho, Yumbo.

“Vendemos unos 500 kilos en canal, tenemos 126 madronas y 7 padrones. Las hembras nos dan unos 500 0 600 gazapos al mes. Estamos en proceso de conseguir el registro Invima para transformar la carne. La idea es enseñarle a la gente a que adopte la cultura del consumo”, agrega.

La empresaria señala que hace ocho años el consumo en el Valle era nulo, pero reconoce una mejor aceptación del alimento que tiene también en contra su costo frente al resto de oferta. “Si aumenta la demanda, sube la producción y bajan los precios. Esta es una actividad que no es costosa porque los conejos pueden alimentarse con forrajes y además de vender, también pueden servirle para autoconsumo”, dijo.

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