Las enfermedades y trastornos que pueden ser tratados con sesiones de equinoterapia

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Desde hace más de dos décadas la equinoterapia es una de las alternativas para tratar diferentes inconvenientes físicos y psicológicos para todo tipo de personas. En los últimos años, esta práctica se ha convertido en una de las más usadas en tratamientos con pacientes que tiene discapacidades físicas o problemas neurológicos.

La interacción de las personas con los caballos, que son animales nobles y de excelente comportamiento con las personas, es ideal para generar vínculos con pacientes que no logran interactuar con otras personas o con otro tipo de animales.

La equinoterapia llegó desde Europa y Estados Unidos, con dos escuelas diferentes, se hizo popular en el mundo en los años setenta y a finales de los ochenta llegó por primera vez a Colombia. Ya en el nuevo siglo se empezaron a crear los primeros centros de esta práctica.

La equinoterapia se basa en aprovechar los beneficios del caballo para mejorar las capacidades físicas, motoras y psicológicas. En el caso de personas con discapacidades y enfermedades neurológicas funciona porque estimula todos los sentidos.

“Desde que los usuarios llegan a las sesiones se les estimula la sensibilidad, la visión, el oído, el gusto y el olfato. Todos esos beneficios, también por la transmisión de calor y movimientos del equino al paciente, hace que sea más fácil recuperar problemas en articulaciones”, dijo Yonatan Calle, fisioterapeuta especializado en equinoterapia de la escuela Pasos de Amor de Envigado (Antioquia).

Ejemplares como los caballos cuarto de milla, trocha y trote son ideales para mejorar los desplazamientos porque tienen una marcha contralateral. Esto estimula la forma de desplazarse de las personas cuando el caballo transmite este movimiento a la cintura del usuario y estimula el cerebro.

“Además, hay beneficios físicos como fortalecimiento muscular en reacciones de equilibrio, enderezamiento y de coordinación. Eso lo genera el caballo a través de las terapias continuas”, agregó.

Este tipo de equinos son solo usados para las terapias y no para otras disciplinas como chalanería, salto o velocidad, porque puede haber estímulos de este tipo de movimientos que no le hagan bien a los pacientes.

Otros de los beneficios de esta práctica se centran en personas que padecen problemas psicológicos como déficit de atención, depresión, bipolaridad y esquizofrenia, ya que alivia cargas de estrés, y al estar en ambientes naturales a cargo de un ser vivo, los tranquiliza.

En personas con movilidad limitada, montar caballos les genera seguridad y les canaliza energías al realizar desplazamientos que regularmente no pueden efectuar.

En promedio, una escuela que emplea hasta cuatro personas para una sesión, puede costar desde $270.000 hasta $350.000 por las cuatro clases. Los costos pueden variar dependiendo de las condiciones de transporte, cercanía de las escuelas a los centros urbanos y número de encuentros.

Una manera de ayudar a los pacientes

Algunas de las escuelas de equinoterapia del país tienen programas de donación para cubrir los gastos de pacientes que no tienen el dinero para pagar las sesiones. Hay, además, planes padrino para poder lograr que niños y jóvenes de escasos recursos económicos puedan acceder a los tratamientos o, también, ser voluntario del programa. Una de las escuelas es la Asociación de Equinoterapia de la Ceja (Antioquia), que trabaja con niños y jóvenes en situación discapacidad. Brindan las terapias con equinos desde 2002 sin ánimo de lucro y en un día pueden atender hasta 30 personas, número que se duplica con reuniones grupales.