El valor agregado de los productos no solo está en el empaque

El proceso a través del cual se llega a la trazabilidad se inicia georeferenciando el sitio de producción de la finca, después se deben generar datos con información, sanitaria, productiva, de cosecha, de distribución y demás, ya así el consumidor puede identificar de donde salieron los alimentos.

Existen diferentes software diseñados para ayudarle al agricultor en el proceso. Agrofuturo, por ejemplo, cuenta con uno que puede ser adquirido fácilmente y que le suministran al usuario los datos dependiendo del producto, el crecimiento de la finca y el desarrollo de lo logrado por medio de la misma.

El gerente de Agrofuturo, Ricardo Jaramillo, explicó que hay diversas tecnologías, por lo que a la hora de seleccionarlas “lo importante es que la gente las aplique y sea juiciosa en la estructuración de los procesos”.

Una alternativa que maneja Agrofuturo es un sistema de trazabilidad satelital con el que la persona mapea su finca al estilo de Google Maps, pues primero delimita las áreas para luego comenzar a introducir información.

Una de las clasificaciones de la trazabilidad es la social, que se compone de los detalles sobre el número de trabajadores, su estructura familiar, si el empleo es formal o no, entre otras variables.

Por medio de la trazabilidad también se puede saber con detalle quién es el comprador, si estaba certificado, si la cosecha se logró de manera manual o mecanizada, etc.

Todos estos factores van sumando para que al final el consumidor mejor informado tenga más detalles para valorar su adquisición.

De esta forma incluso desde un establecimiento y con ayuda de un dispositivo móvil se puede conocer en detalle el respaldo de distribución y asegurarse de que el producto cumpla con las normas de sanidad.

Sáquele provecho
El consumidor está exigiendo cada vez más, por eso se recomienda hacer un plan de mercadeo acorde al aprovechamiento de las ventajas agrícolas que puede complementar con un portal de internet, fotos de las fincas y mapas. El secreto no está en aumentar la producción, sino en que le paguen mejor lo que comercializa y para ello es clave el valor agregado.