“Las condiciones del fenómeno de El Niño están presentes, pero cambia la intensidad”

A la expectativa de que inicie el fenómeno de El Niño en Colombia, la directora del Ideam, Ghisliane Echeverry, aseguró que las condiciones ya están presentes pero varían las probabilidades de intensidad. De hecho, con las condiciones actuales, la entidad estima que las probabilidades de que sea un Niño débil están por encima de 90%. Las proyecciones también muestran que el fenómeno podría extenderse hasta el primer trimestre de 2024. Las precipitaciones ya están por debajo de la media normal, aún en temporada de ciclones.

¿Cuáles son las proyecciones del fenómeno de El Niño?

Lo primero que hay que decir es que las probabilidades de ocurrencia del fenómeno empezaron a aumentar desde abril de este año y efectivamente el 8 de junio emitimos un comunicado donde confirmamos que las condiciones de El Niño estaban presentes. Esto quiere decir que el océano Pacífico en la zona tropical ya había aumentado su temperatura y que esto significaba que estábamos a puertas del fenómeno de El Niño.

Sin embargo, no hay una declaratoria oficial hasta el momento. Para eso se requiere que se cumplan unos criterios técnicos, es decir, que esa temperatura, que es de 0,5°C por encima de la media normal, permanezca al menos durante cinco trimestres móviles. En este momento estamos haciendo seguimiento, la temperatura está sobre los 0,5°C por encima de la media y esperaríamos que, si se mantiene de esta manera, estaríamos haciendo una declaratoria oficial del fenómeno entre septiembre y octubre de este año.

¿Cómo diferenciar un fenómeno fuerte o débil?

En relación a esto, y conectando un poco también con la pregunta anterior, entonces las condiciones ya están presentes, pero empieza a haber varias probabilidades de la intensidad del fenómeno. En este momento las probabilidades de que sea un fenómeno de El Niño débil están por encima de 90%, de que sea un fenómeno moderado están por encima de 70%, y de que sea uno fuerte están por encima de 50%.

¿Qué pasaría si el fenómeno se extiende al primer semestre del 2024?

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En este momento nuestro seguimiento climático está mostrando que las precipitaciones promedio del mes están por debajo de la media normal aún estando en temporada ciclones. Esa temporada, se espera que vaya hasta noviembre de este año y a partir de diciembre empezaría la temporada de menos lluvias para el Caribe. Eso quiere decir que una temporada seca con un fenómeno de El Niño disminuiría aún más de lo normal la época de precipitación en la región.

No solamente afecta la región Caribe sino en general todo el territorio nacional. En regiones como la Pacífica, donde usualmente llueve, no significa que va a dejar de llover, pero las precipitaciones también se van a ver impactadas.

¿Cuánto sería el promedio de lluvias anual y cuánto bajaría con el fenómeno?

Eso depende mucho también de cómo se comporte el fenómeno. Usualmente no hablamos de cifras exactas, sino de disminución del porcentaje. Lo que se esperaría en general para un Niño moderado y fuerte es que las precipitaciones en todo el país puedan disminuir hasta en un 80% a 90%. Incluso en zonas como La Guajira puede ocurrir que llegue hasta 100% la disminución de la precipitación normal para la época.

¿Cuáles son las acciones preventivas que ustedes van a aportar al plan de contingencia en La Guajira?

Lo primero que hicimos en el marco de la emergencia fue un informe climático especial y contamos las condiciones estructurales de La Guajira, luego la agudización de esas condiciones. Con eso, mostramos evidencias de que es el departamento con menor precipitación en todo el país, además de que tiene una vulnerabilidad muy alta a desabastecimiento hídrico, y la demanda de agua supera la oferta, entonces es muy crítico en La Guajira. Hemos estado apoyando las diferentes instancias.

EL PERFIL

Ghisliane Echeverry es química y cuenta con una maestría en Ciencias en la Universidad del Valle, donde está actualmente terminando un doctorado en Ciencias Ambientales. La caleña ha liderado diferentes proyectos intersectoriales en el área ambiental, articulando, entre otros, sociedad civil, sectores productivos e instancias gubernamentales con redes de conocimiento de alcance internacional. Tiene un perfil orientado a la evaluación de la contaminación, abordada desde las ciencias naturales y la ingeniería, con perspectiva socio-humanística. Se ha desempeñado como consultora de proyectos.