Camino para una industria avícola más ecológica

En un mundo donde la sostenibilidad ya no es una opción, sino una necesidad, varias marcas colombianas de huevos le apuestan a la avicultura sostenible, al demostrar que la producción de huevo puede ir de la mano con la eficiencia y el respeto por el planeta, tan necesario en estos tiempos. El trabajo arduo brinda sus frutos: el país ha desarrollado un alto nivel tecnológico en la producción de huevo, utilizando estándares comparables con países avanzados como Japón.

En esta evolución se destacan tres elementos: tecnología avanzada en equipos, nutrición y genética; un clima favorable y un talento humano calificado en las diferentes granjas que se han metido en la onda. Fenavi, por ejemplo, ha jugado un papel clave al fortalecer la industria mediante un modelo de financiación colectiva y programas técnicos, sanitarios, de promoción del consumo y de sostenibilidad.

Como resultado, nuestra nación es uno de los tres países con mayor consumo de huevo en el mundo, con un promedio per cápita de 343 huevos al año. La Federación Nacional de Avicultores de Colombia tiene su programa de sostenibilidad, que tiene por objeto desarrollar estrategias y herramientas que orienten y capaciten a los avicultores hacia una producción sostenible para que la avicultura sea reconocida como una actividad comprometida en temas ambientales, sociales y económicos, y con el cumplimiento de la normativa ambiental vigente.

Y el año pasado, Bancolombia anunció el lanzamiento de una línea de crédito sostenible enfocada en el sector avícola. Esta también estará disponible para empresas certificadas con el sello Fenavi Sostenible categoría Diamante que quieran financiar su capital de trabajo.

Elegir comprar huevos sostenibles es una forma muy loable de contribuir a un modelo de producción agrícola más responsable. Al preferir estos productos, los consumidores están apoyando prácticas que protegen el medio ambiente, promueven el bienestar animal y favorecen a las economías locales donde se producen.

A pesar de que los huevos sostenibles pueden tener un precio ligeramente más alto, el valor que aportan al bienestar global justifica la inversión. El cuento radica en ser conscientes de las decisiones de consumo y darles el valor que tienen para el planeta. Estas empresas con su apuesta, sin duda, “no tienen huevo”.