Estrategia integral de riesgo

Garantizar la seguridad alimentaria de la población, en dos productos básicos de la canasta familiar como el huevo y el pollo, va más allá de disponer de los factores productivos para la producción.

Esto implica desarrollar una amplia infraestructura que supera los límites de las acciones empresariales, en donde se requiere una estrecha articulación con entidades públicas como el Instituto Colombiano Agropecuario, ICA, implementando acciones orientadas a preservar las condiciones sanitarias en un entorno libre de enfermedades, para lo cual se ha desplegado una plataforma de operación que permite adelantar un proceso de monitoreo, seguimiento y control, con planes de contingencia para actuar con celeridad en la atención de focos, implementación de cuarentenas, sacrificios controlados con las indemnizaciones cuando correspondan, sumado a las acciones para prevenir y erradicar.

Todo esto va precedido de la aplicación de operaciones que permitan asegurar las mejores condiciones de producción en cada unidad productiva avícola, a través de la implementación de las granjas avícolas bioseguras, no sólo para mejorar las condiciones de productividad sino de sostenibilidad de los negocios en el tiempo.

Y quién lo creyera, con la aplicación de modelos que superan los existentes en otros países del continente con producción similar a la nuestra.

Hace dos décadas la población de aves de postura y pollo de engorde alcanzaba los 486 millones de aves, con una reducida densidad de aves en el territorio nacional.

Con el paso de los años, el crecimiento de la población, sumando al potencial de demanda por proteína a bajo costo, permitió que se diera un crecimiento exponencial del sector, especializando áreas de producción que se han venido consolidando como clústeres avícolas.

Hoy, el inventario de aves supera los 1.059 millones. Llegar a un escenario como el indicado implicó, para las empresas, realizar grandes inversiones en tecnología, modernizando sus granjas, los sistemas de producción de alimento balanceado, los procesos de clasificación de huevos, modernas plantas de beneficio, bodegas de almacenamiento especializado, y redes estructuradas de logística para atender los mercados en crecimiento, entre otros factores más.

Paralelamente, desde el punto de vista institucional, implicó el desarrollo de un amplio paquete normativo, que inicia con la Ley 1255 de 2008 que declaró de interés nacional y como prioridad sanitaria la creación de un programa que preserve el estado sanitario del país libre de influenza aviar, así como el control y erradicación de Newcastle en el territorio nacional, Ley que se ha desarrollado en los últimos años por parte del ICA, y de la cual los avicultores reconocen su importancia para la sostenibilidad del negocio avícola.

Al tiempo que se mantiene el celo institucional por garantizar la producción avícola en un entorno libre de enfermedades, el siguiente paso sería estructurar una oferta de seguros especializados para el sector avícola, con énfasis en las enfermedades, teniendo como referente que conocemos el territorio. Lea completo en web.