Use la avena forrajera altoandina para tener una producción de hasta 60 toneladas

En medio de la incertidumbre climática que atraviesa el mundo y con fenómenos de escala más prolongada de lo habitual, es clave aprender a hacer ensilajes para afrontar los excesos de humedad o cuando hay alguna sequía extrema en la producción ganadera.

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El ensilaje es un método de conservación de forrajes para guardar y conservar alimento para las épocas en la que este escasea en el potrero. Hay muchas formas de elaborarlo y desde Agrosavia hicieron una variedad conocida como avena forrajera altoandina.

“Esta avena, en comparación con otras semillas del mercado, tiene una muy buena producción de forraje, que va desde 30 a 60 toneladas por hectárea dependiendo de las condiciones climáticas. Tiene una buena tolerancia a la incidencia de roya, de menos de 10%, lo que beneficia a los productores porque no tendrían que gastar insumos en el tratamiento de esa enfermedad”, explicó Filadelfo Hernández, profesional de apoyo a la investigación de Agrosavia.

Este ensilaje también se puede utilizar como suplemento, aunque se tenga buen forraje en el potrero. “Con este forraje hemos obtenido aumentos de producción de hasta un litro en época de escasez de forraje. No solo me alimenta a mi vaca, sino que me aumenta la producción de leche”, agregó.

El proceso de elaboración de ensilaje no es difícil. Si el pequeño productor dispone de un área pequeña y la quiere ensilar, puede recoger su forraje y hacerlo. “Toca garantizar un tamaño de partícula adecuado, una buena compactación y un buen sellado para tener la plena seguridad que, cuando vaya a utilizar su ensilaje, va a estar de buena calidad”, afirmó.

Durante el proceso de elaboración del ensilaje hay que seguir tres pasos fundamentales que son clave para tener un producto de buena calidad. “El primero es un buen picado, particularmente entre 3 cm y máximo 10 cm del tamaño de cada partícula de forraje, porque eso garantiza la siguiente fase”, agregó.

El segundo paso es una buena compactación, con lo que se garantiza que salga la mayor cantidad de oxígeno posible de ese forraje.

“Finalmente, hacer un buen sellado para evitar que le entre oxígeno, porque es un proceso de conservación en el que se fermenta en un medio anaeróbico, es decir, en ausencia de oxígeno”, agregó.

El experto dijo que es importante que, después de elaborar el ensilaje, se utilice a partir de los 30 días, “antes no, lo ideal es esperar unos 60 días, que ya el proceso de fermentación se ha estabilizado”.