Comentarios Ferley Henao Ospina

La reforma es innovación

17 de mayo de 2023
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“El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas tal como siempre las ha hecho” dice, con razón, Wayne W. Dayer. Esta sentencia aplica como anillo al dedo al caso del sector rural colombiano, al que no le ha llegado nada de innovación y permanece sumido en las penumbras del pasado, sin atisbo de futuro.

El agro va más allá de la suposición de que está destinado solo a producción de alimentos. Las magníficas oportunidades de la biodiversidad que incluyen al turismo de naturaleza con el fascinante avistamiento de aves; las innovaciones que las ciencias biológicas ha desplegado para mejorar los rendimientos sin químicos y para agregar valor a las especies vegetales; la producción de sus propios insumos orgánicos desde compostaje, lombricultura, bioles y caldos minerales; las variadas formas de paisajes cultivados con el verdadero agroturismo, además del turismo rural comunitario, son apenas algunas de las muchas opciones que el campo tiene disponibles para impulsar la economía y el comercio de los municipios de orientación campesina.

Todo esto es posible con dos componentes esenciales: innovación y asociatividad. Innovación, porque es necesario dejar atrás la pasada forma de hacer las cosas para poder introducirse en la nave que conduce al futuro. Ya lo sentenció Albert Einstein “no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.

Asociatividad, para ser capaces de abrir las puertas al conocimiento que contribuye a adoptar las buenas prácticas agrícolas; a las técnicas para agregar valor a los productos y a los servicios que emergen desde el agro, y para reducir costos en las compras y en la logística encaminada a la comercialización.

Les cuento la anécdota de Salinas, pequeña vereda ecuatoriana a la que hace unos 40 años llegó de Italia el padre Antonio Polo, misionero Salesiano quien, con grandes ideas, “haciendo camino al andar” y con gran liderazgo, motivó el cambio de rumbo convirtiéndola en un pueblo emprendedor con la filosofía de la “economía solidaria”, lo cual se tradujo en la reducción significativa de los niveles de pobreza y elevando los niveles de educación y desarrollo.

En Salinas se concentra un importante conjunto de microempresas comunitarias, dedicadas a la industrialización de leche, carne, fruta, que generan más de 200 productos elaborados, comercializados en el mercado nacional y exportados a otros países, incluídos los europeos. Uno de sus productos más conocidos es queso El Salinerito, una de las marcas más poderosas del mercado ecuatoriano.

Por esas razones consideramos que la reforma rural requiere principalmente de poner el conocimiento al alcance del agricultor, para que tenga la opción de adoptar y adaptar los avances que la ciencia universal ha desarrollado al servicio del sector agropecuario (biotecnología, trofobiosis, control biológico, alelopatía, germinación protegida, riego tecnificado, deshidratación para agregar valor, compost, lombricultura, bioles, ganadería silvopastoril o agropastoril para mejorar la calidad y los rendimientos, convirtiendo a las familias del campo en productores eficientes, rentables y competitivos.

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