Ahora hay que prestar más atención a las abejas

La agricultura apícola se presenta cada vez más como una alternativa necesaria, dejando atrás la etiqueta de lo opcional. La variabilidad climática, como las dos bajas presiones que hicieron llover a cántaros en el “mes más cálido” del fenómeno de El Niño en Colombia, hacen más difícil la sostenibilidad de la agricultura y la productividad de la misma. Hay una variedad de alimentos que se verían afectados y, directamente en Colombia, hay que hablar del café.

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura dijo que para 2050, se espera que el área global apta para cultivar café se podrá reducir en al menos 50% de lo que hay hoy en día.

Estas pérdidas afectarán aproximadamente a 100 millones de agricultores y otras personas que viven de la caficultura, como las casi 540.000 familias que viven de este fruto en las 22 departamentos cafeteros de los 32 que tenemos en total.

Por esto, la agricultura apícola entra como un camino imprescindible, como más que una opción. La polinización cruzada por parte de las abejas en los cafetales ha demostrado el aumento en su rendimiento.

Con la auto polinización, por ejemplo, se alcanza por lo general 70% de cuaje de las flores y la polinización cruzada contribuye a aumentar la productividad entre 20% y 25%; ya que bajo la polinización abierta, se logra hasta 93,5% de cuaje de flores.

Pero las ‘agricultoras de miel’ están cayendo por la misma actividad humana. Según el último registro, han muerto cerca de 24 millones de abejas en el Quindío. Huila, Cundinamarca, Meta y Cesar. Esto, por la intoxicación de friponil, un insecticida agrícola. Ya la Universidad del Rosario, por ejemplo, patentó una fórmula para proteger el cerebro de las reinas polinizadoras, dado que cada vez más tendremos abejas que no encuentran el polen y no habrá miel.