Comentarios Juan Gonzalo Botero, presidente de la Asociación de Exportadores de Ganado en Pie Juan Gonzalo Botero Botero

El fracaso agropecuario del Gobierno Petro: ideología sobre realidad

08 de octubre de 2025
MÁS COLUMNAS DE ESTE AUTOR

Como opinadores de oposición al "Gobierno del Cambio", denunciamos con contundencia el desastre sistemático en el sector agropecuario Petro. Este régimen, errático e ideologizado a la izquierda, prioriza dogmas centralistas sobre soluciones prácticas, hundiendo la productividad rural, elevando la inflación y desatando protestas.

Los datos del Dane y reportes oficiales revelan un retroceso histórico: promesas incumplidas que dejan a campesinos en la pobreza y al país dependiente de importaciones.

- Reforma agraria, ideologizada y mal ejecutada. Petro prometió 3 millones de hectáreas, pero a julio de 2025 solo gestionó 601.000, y a agosto apenas 662.538, un mísero 6,6% de la meta.

La ANT reporta un insignificante 22% de la meta, según balances previos. En cuanto a legalización de títulos, el Gobierno ha formalizado 1.405.818 hectáreas, principalmente baldíos o predios existentes, con 1,2 millones a indígenas (75%) y 422.134 hectáreas a población general (25%), a agosto.

Esto no es redistribución real, sino mera titulación de lo ocupado, inflando cifras para ocultar el estancamiento: el total "gestionado" ronda las 2 millones, solo un tercio son compras nuevas que podrían impulsar la producción.

Ejemplo: en septiembre, entregó 18.000 hectáreas en Magdalena Medio, incluyendo tierras de narcos, sin planificación, generando inestabilidad jurídica y pleitos en tribunales.

Esto viola principios de propiedad privada, ahuyentando inversiones y estancando el PIB agropecuario en un tibio 3,8% el segundo trimestre 2025, por debajo de expectativas pre-Petro, contribuyendo a un PIB nacional de solo 2,1%.

- Impacto macro: inflación alimentaria al 5,18% anual en septiembre, con alimentos aportando 1,17% al IPC, erosionando el poder adquisitivo rural.

- Agricultura por contrato, "coseche y venda a la fija", fue eliminada, dejando productores expuestos a precios volátiles.

- Sin programas de extensión agropecuaria, el conocimiento técnico se evaporó, agravando la crisis.

- Distritos de riego prometidos quedaron en el limbo: meta de 5.000 hectáreas nuevas con cero avances significativos en 2025, y el anteproyecto de presupuesto 2026 reduce inversión agro en 60% frente a 2025.

Ejemplo: la ruptura con Israel, socio clave en tecnología hídrica, ha impactado negativamente el comercio agro bilateral, reduciendo importaciones de innovación y afectando sectores como riego eficiente. Esto, en un país con sequías recurrentes, es negligencia ideológica pura.

- Créditos de fomento cayeron drásticamente: en 2024, Finagro colocó solo $2,2 billones en asociativos, insuficientes para pequeños productores, con apenas dos líneas especiales activas.

- Alianzas estratégicas paralizadas por completo; programas de modernización y entrega de maquinaria, extintos.

- Incentivos al almacenamiento de arroz y comercialización de papa, eliminados, provocando el paro arrocero de julio 2025: 11 días de bloqueos en ocho departamentos, con agricultores exigiendo precios mínimos de $205.000 por carga, ante "compradores piratas" que explotan la crisis.
.
- El Proyecto Estratégico Soya Maíz, olvidado.

- Ganadería sostenible, estancada pese a iniciativas como la de CAR y Fedegán, con plazos extendidos por ineficiencia gubernamental.

- Proyectos de erradicación de plagas en palma de aceite, acabados, ignorando reducciones de CO2 de 27.700 toneladas en 2025 por el sector.

- Diplomacia sanitaria ausente, complicando exportaciones.

- Relaciones con gremios agropecuarios, rotas: protestas de palmicultores y cañeros por intervención en precios de etanol ($14.996) y biodiésel ($19.367) en agosto, con nueva fórmula en octubre 2025 basada en paridad internacional, asfixiando productores y generando competencia desleal.

- Appa y Zappas imponen la dirección centralizada de la economía agropecuaria, copiado al carbón del fracaso de la Unión soviética, controlando la economía agro desde Bogotá.

- Impacto macroeconómico: empleo rural retrocede 4% en centros poblados, con desempleo nacional al 8,6% en agosto, pero rural al 6,7%, no compensando pobreza creciente.

- Importaciones alimentarias aumentan, debilitando soberanía y balanza comercial.

¿Buena gestión? Absurdo. Este gobierno errático, ideologizado a la izquierda, ha convertido el agro en un experimento fallido: PIB estancado, inflación rampante, protestas masivas y promesas vacías. Los ejemplos —paro arrocero, créditos mermados, riego abandonado— prueban un fracaso rotundo que amenaza la seguridad alimentaria. Petro debe rectificar o la historia lo juzgará como el destructor del campo colombiano. Colombia merece pragmatismo, no dogmas!.

*Esta columna fue hecha en colaboración con Miguel Ángel Lacouture Arévalo
.@lacoutu

Beneficios LR Más

CONOZCA LOS BENEFICIOS EXCLUSIVOS PARA NUESTROS SUSCRIPTORES
SUSCRIBIRSE

Más de opinión