La cría y producción de pollos Ross 308 ha generado animales con estrés e hiperactividad

La crianza de los pollos cada vez evoluciona más y para este momento se llega a un peso de sacrificio tres veces más rápido que en 1950. Esto con respecto al pollo Ross 308, una raza que, de acuerdo con Aviagen, la empresa enfocada en el desarrollo de pollos de engorde para la producción de su carne, tiene un buen desempeño en su reproducción, además de producir grandes cantidades de huevos y optimizar el costo de su reproducción y crianza.

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Esta es la raza de pollo que produce la carne en mayor cantidad a nivel mundial, representando cerca de 40% de los más de 22.000 millones de ejemplares que se crían al día. Pero su importancia en el mercado mundial no implica que se desarrollen en las mejores condiciones, pues una parte importante de estos vive en hacinamiento, sujeto a lesiones y enfermedades, además de limitar su comportamiento natural.

Estudios han comprobado que comportamientos de criadores en busca de minimizar costos y agilizar procesos productivos han causado defectos esqueléticos y en las piernas de los pollos, cojera e incluso muerte prematura de sus células óseas. También ha influido en el desarrollo de problemas cardiovasculares, aparición de anomalías musculares como el síndrome de mama leñoso y aumento de la tasa de mortalidad.

La composición genética de las aves representa la mayor problemática, o al menos para Aviagen Group Ltd. y Cobb500, que representan 95% del inventario de carne. Estas compañías se encargan de la cría de pollos de raza pura, que posteriormente se cruzan durante tres generaciones. Pero esto no es al azar; buscan tener los animales con mejor genética, es decir, con bajo índice de conversión alimenticia en músculo.

Pero ¿por qué es tan importante? 70% del costo de producción del pollo se centra en su alimentación, por lo que entre menos alimento consuma representa menor inversión para el productor y mayores rendimientos. Por lo general, la vida de estos animales es muy corta, ya que son sacrificados y empacados al vacío a sus cinco semanas.

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Los de raza pura suelen mantenerse con vida durante 15 meses a pesar de los problemas de salud que puedan desarrollar. Así su vida se enfoca en la reproducción que eventualmente dará como fruto a los ejemplares 308. Pero, de acuerdo con Bloomberg, nada garantiza que el pollo que se compra tenga una vida mejor, pues a pesar de que en EE.UU. casi todas las aves ecológicas están certificadas, siguen siendo parte de cadenas productivas enfocadas en el crecimiento a corto plazo.

La búsqueda de rasgos particulares no es inofensiva; por el contrario, se suelen sacrificar factores de la salud de los animales por un crecimiento más rápido o una pechuga más grande. Entre sus consecuencias están las deformidades a nivel óseo y movilidad reducida, sin olvidar que con frecuencia son sometidos a hambre crónica que les causa estrés e hiperactividad, reflejado en comportamientos como el picoteo excesivo que los lleva a lastimarse a sí mismos y a otros animales.

Las empresas dedicadas a esta cría sostienen que se enfocan en la mejora genética sin dejar de lado el bienestar de las aves, pero entidades como la Autoridad de Seguridad Alimentaria de la UE recomiendan el uso de híbridos de crecimiento más lento. Se han formado entonces coaliciones en busca del bienestar animal que han creado el Compromiso de Mejor Pollo (BCC) y el Compromiso Europeo de Pollo (ECC), que piden a restaurantes y supermercados migrar a la venta y consumo de animales de crecimiento más lento.

Aunque estos colectivos no son los únicos que ven en la protección animal y las mejores condiciones una solución, ya que 84% de los europeos esperan mejores condiciones en los animales de granja, al tiempo que más de 600 empresas esperan implementar el BCC para finales de 2026. Esto junto a las investigaciones que han demostrado que el avance en el bienestar de los pollos de engorde necesitaría de razas de crecimiento más lento y, por tanto, de otras medidas de cría de los productores.