Ganadería

Ganadería colombiana: el mayor generador de empleo rural en 2025; estudio de Fedegan

De acuerdo con el estudio, más de 1 millón de empleos provienen del sector bovino y bufalino, con fuerte protagonismo de pequeños predios y mujeres rurales
26 de agosto de 2025
Ganadería
MSD Salud Animal

En las últimas horas, la Oficina de Planeación y Estudios Económicos de Fedegán, liderada por el economista Óscar Cubillos Pedraza, entregó un estudio muy interesante sobre el empleo que genera la ganadería colombiana. Y hay datos muy relevantes para tener en cuenta.

Uno de ellos es que la ganadería colombiana es el mayor generador de empleo rural en 2025. Más de 1 millón de empleos provienen del sector bovino y bufalino, con fuerte protagonismo de pequeños predios y mujeres rurales. En un país donde más del 23% de la población vive en zonas rurales, pero solo el 14,9% de los ocupados trabaja en el sector agropecuario, la ganadería bovina emerge como el verdadero motor del empleo rural en Colombia. Los datos para este estudio están basados en I ciclo de vacunación de 2025, que encuestó más de 730 mil predios ganaderos del país.

Según el estudio, el sector bovino y bufalino colombiano genera 1.099.273 empleos directos, distribuidos en 736.972 predios ganaderos, lo que consolida a la ganadería como la principal fuente de ocupación rural en el país. Este número representa un crecimiento del 21% frente a los registros de principios de siglo, cuando se estimaban alrededor de 910 mil empleos ganaderos.

Otras actividades agrícolas, por ejemplo, también generan mucho empleo, pero no como la ganadería. Por ejemplo, café (730.000 personas); frutas (300.000 personas); caña de azúcar (286.000 personas); avicultura (300.00 personas); flores (200.000 personas); y palma de aceite (190.000 personas).

Este aumento se relaciona en parte con el crecimiento del hato nacional, que pasó de 20,4 millones de cabezas en 2001 a más de 30,1 millones en 2024. Sin embargo, el ritmo de crecimiento del empleo ha sido más lento, influenciado por factores como la incorporación de tecnologías, el encarecimiento de la mano de obra y el tamaño reducido de muchos predios.

El estudio, además, detalla que la orientación productiva del hato determina en gran medida la cantidad de empleo que se genera. Por ejemplo: la ganadería de doble propósito, con 13,8 millones de animales, genera 529.000 empleos (el 48% del total del sector); la lechería especializada, aunque con solo 2,8 millones de cabezas, emplea a 155.000 personas, siendo la actividad más intensiva en uso de mano de obra; la cría ocupa a 268 mil personas con un hato de 7,8 millones; la ceba y el levante generan 99.000 y 42.000 empleos respectivamente; e incluso los predios dedicados a genética, con 166 mil animales, aportan cerca de 4.000 empleos.

"Hace bastantes años no hacíamos una medición sobre el empleo ganadero y hay datos, digamos, causas más bien, que son de interés. Lo primero es que el crecimiento del hato es una relación causa-defecto, es decir, ¿por qué está creciendo el hato? Porque en definitiva la ganadería es atractiva, sí, con las problemáticas, los precios a veces que se deprimen, las situaciones de inseguridad, en fin, pero es de lo más atractivo que hay en nuestro sector agropecuario total", explica Cubillos.

"Y la pregunta es crece el hato, crece la mano de obra, ¿sí? Entonces hay más animales, generan mayor mano de obra. En el último estudio así medido, hecho como en el 2005 o 2006, se generaban 900.000 empleos. Ahora tenemos, con un hato que creció en ese horizonte de tiempo en 6 millones y medio de animales, se generaron 200.000 empleos más. Y en ese tener mayor empleo porque se ha tenido mayor hato, porque es más atractivo, juega un papel importante tener el tercer mercado interno más grande de Latinoamérica después de Brasil y México. Incluso, somos más grandes que Argentina, es decir, número de habitantes, consumo interno atractivo a pesar de las dificultades y de las imperfecciones que tiene nuestro mercado interno, tanto en leche como en carne", agrega.

Estos datos evidencian que no siempre un mayor número de animales implica más empleo: la intensidad laboral está más relacionada con la especialización y la orientación de la producción que con el tamaño bruto del hato.

Más hallazgos

Un dato muy interesante del estudio es que un tercio del empleo ganadero se genera en predios con menos de 10 bovinos. Esto se debe en gran parte al predominio del minifundio en regiones como Boyacá, Nariño y Cundinamarca, donde el uso familiar del recurso tierra obliga a que al menos una persona esté a cargo de la operación, sin posibilidad de fraccionar más el trabajo.

En términos de eficiencia, a medida que el tamaño del predio crece, se reduce el número de empleados por cada 100 animales. Los predios más grandes tienden a usar tecnologías que permiten una mayor productividad con menor personal, mientras que los pequeños dependen más de la fuerza de trabajo manual y familiar, especialmente en contextos de baja tecnificación.

Otro aspecto muy destacado del estudio de Fedegan es sobre la participación femenina. De los más de 736 mil predios encuestados, 216.670 son liderados por mujeres, y estas representan el 27,1% de la ocupación total del sector, con 297.903 empleos.

El 76% de los empleos femeninos, se lee en el documento, se concentra en predios entre 1 y 25 animales, lo que refleja una doble realidad: el acceso limitado de las mujeres al capital y a la tierra, pero también su capacidad de liderazgo, gestión y adaptación en contextos de pequeña escala.

Las mujeres rurales ganaderas no solo participan en las tareas operativas, sino que también asumen roles de dirección, manejo sanitario, planificación y comercialización, especialmente en los mercados locales o familiares. Sin embargo, enfrentan desafíos importantes: acceso limitado a crédito, baja participación en programas técnicos y poca inclusión en procesos de tecnificación.

Entre tanto, aunque hay una correlación entre el tamaño del hato y el número de empleos, esta no siempre es proporcional. Las condiciones geográficas, de mercado y orientación productiva influyen de manera decisiva.

Municipios de los Llanos Orientales, Caquetá, Magdalena Medio, Córdoba y el noroeste antioqueño presentan una alta concentración de empleo ganadero, mientras que zonas con orientación a la lechería especializada (como el Altiplano Cundiboyacense, el noreste antioqueño o el este de Nariño) presentan empleo de intensidad media, dada la especialización y la demanda de mano de obra técnica.

Uno de los desafíos para el futuro del empleo ganadero colombiano es encontrar el equilibrio entre tecnificación y generación de empleo de calidad. A medida que se incorporan herramientas digitales, maquinaria y automatización, el sector deberá garantizar que estos avances no desplacen la mano de obra rural, sino que la capaciten y la hagan más productiva.

Además, es urgente avanzar hacia la formalización del empleo agropecuario, donde aún predominan los jornales informales y acuerdos verbales, y mejorar las condiciones laborales y de seguridad social para los trabajadores del campo.

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