Ganadería

Las subastas ganaderas, al borde del abismo a causa de la inestabilidad del Sinigan

Desde finales de 2023, cuando el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) inició la migración de los sistemas tradicionales al Sinigan, Asosubastas viene exponiendo una serie de problemas con esta plataforma que hoy pone en riesgo la economía del sector
Juliana Ramos Mosquera
19 de mayo de 2025
Colprensa

Desde finales de 2023, cuando el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) inició la migración de los sistemas tradicionales al Sinigan, la Asociación de Subastas Ganaderas de Colombia (Asosubastas) advirtió sobre el colapso inminente de un sector que durante décadas fue uno de los pilares del comercio pecuario nacional.

De hecho, lo que en su momento se planteó como un avance tecnológico, que era capaz de optimizar la expedición de las Guías de Movilización Sanitaria Interna (Gsmi), se convirtió hoy por hoy en una pesadilla para todos los ganaderos a causa de fallas recurrentes, caídas inesperadas y largas esperas para poder obtener la documentación necesaria, esto viene probando una reducción significativa en el ingreso de animales a los recintos feriales y, en consecuencia a esto, se ven afectados los ingresos del sector y se encarece cada vez más la operación.

Es por ello que el impacto económico de esta crisis no se hace esperar, ya que cada anuncio de actualización o cambio por parte del ICA conduce a un cese de actividades que provoca un retraso en las subastas y priva a los recintos feriales de la llegada de ganado. La duplicación de trámites o el simple hecho de expedir guías provisionales, además de validar pagos fuera de línea y movilizar animales sin el respaldo completo de estas plataformas, implica costos adicionales que las personas en este momento están teniendo que asumir solas.

A esto se le suma que pequeños y medianos productores, que no cuentan con los recursos suficientes para adaptarse a un sistema defectuoso y sin acceso a la posibilidad de métodos de pago modernos, se ven excluidos de un mercado que, en la teoría, debería democratizarse con la digitalización, pero que en la práctica es todo lo contrario.

Por otro lado, a causa de estos problemas, la seguridad sanitaria del hato colombiano está en juego, pues sin trazabilidad confiable ni canales oficiales estables que funcionen para gestionar la movilización de animales durante el ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa, la posibilidad de nuevos brotes se eleva, lo cual pone en riesgo años de esfuerzo por erradicar estas enfermedades y por ende garantizar la sanidad animal.

Adicionalmente, la informalidad creciente causada por la imposibilidad de tramitar Gsmi de forma rápida y eficaz ocasiona que prácticas fraudulentas tomen popularidad que, de materializarse, podrían derivar en grandes pérdidas para el sector y afectar la reputación internacional de la carne colombiana.

A pesar de la histórica disposición del gremio por colaborar con las instituciones al participar en mesas técnicas, compartiendo propuestas de mejora y acompañamiento en cada fase de prueba, las respuestas continúan siendo tibias y las soluciones, esquivas ante esta problemática.

Finalmente, la paciencia del sector se agota. Por esta razón, Asosubastas, en cabeza de Luisa Fernanda Ibarra, directora ejecutiva, expone que “el gremio de subastas reitera la necesidad urgente de reactivar estos espacios técnicos de diálogo, en los que se puedan exponer las problemáticas reales del comercio formal de ganado y construir soluciones articuladas que beneficien tanto a los productores como a la sanidad pecuaria nacional”.

Exigimos al ICA un compromiso serio, técnico y urgente con la estabilidad del Sinigan y una respuesta definitiva que garantice la continuidad del comercio formal y la protección sanitaria del hato ganadero colombiano”, concluyó.

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