Agro

En América Latina se cultiva sólo una quinta parte de sus suelos potenciales

Las exportaciones colombianas de productos alimenticios, según estadísticas del Dane, entre enero y septiembre de 2013 totalizaron cerca de US$ 3.300 millones.
Analista LR
Por:
LR
09 de julio de 2015

Las condiciones para ello, según coinciden expertos, las tiene el país de sobra: disponibilidad de suelos y variedad de climas. Pero el eterno talón de Aquiles es la falta de políticas estatales para que esas condiciones puedan aprovecharse y en efecto ejecutarse.

Los informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), son reiterativos en señalar que aunque prevé un crecimiento lento de la demanda mundial de productos agropecuarios en el futuro, los países en desarrollo dependerán cada vez más de las importaciones agrícolas, lo que abre la ventana de oportunidades para los países productores como Colombia.

Incluso un diagnóstico hecho el año pasado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica), indica que al 2050 la producción de alimentos debe elevarse 70%.

Esto se refuerza con el hecho de que mientras Estados Unidos y la Unión Europea tienen en uso más de 90% de sus tierras, en América Latina se cultiva sólo una quinta parte de sus suelos potenciales. De la superficie apta para cultivos, pero sin explotar, se ha dicho que más de la mitad está representada en siete países del mundo, entre ellos Colombia.

Y las cifras lo ratifican. La nación tiene unas 5 millones de hectáreas sembradas que produjeron un poco más de 26 millones de toneladas, al cierre de 2012. Pero el potencial en suelo agrícola es cercano a 21 millones. Es decir, hay unas 17 millones de hectáreas que no se utilizan.

Las exportaciones colombianas de productos alimenticios, según estadísticas del Dane, entre enero y septiembre de 2013 totalizaron cerca de US$ 3.300 millones, que comparadas con la misma vigencia de 2012 registra una caída de 5,4%.

Esas ventas externas representan del total nacional solo 7,5%.
La superficie cosechada en cultivos de ciclo corto pasó entre 2000 y 2012 de 1,6 millones de hectáreas a 1,4 millones, lo que indica que se han dejado de cultivar 200.000 hectáreas, de acuerdo con cifras de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Por el contrario los cultivos permanentes pasaron de 2,1 a 2,5 millones de hectáreas. Sólo la palma creció en 180.000.
Con este panorama queda claro que para hacer realidad ese potencial agrícola, a Colombia le queda mucho trecho por recorrer y la lista de tareas pendientes es larga y nada fácil.

“Colombia empieza a mirar que tiene por delante unas oportunidades y esas son producir alimentos. Pero lo importante es entender que se debe tener una política agraria de estado que no esté cambiando de ministro en ministro, de presidente en presidente, para saber qué vamos a producir desde la demanda mundial”, señala el presidente de la SAC, Rafael Mejía.

Aquí vuelve a relucir un tema viejo pero que no se ha logrado concretar y es una agenda interna que permita establecer desde las regiones productoras y con potencial un modelo agrícola rentable para los cultivadores.

En este sentido el empresario vallecaucano del agro, Enrique Villegas, dijo que primero hay que zonificar. “El país es de regiones, entonces tenemos un Dagua que es muy distinto a un Restrepo, a un Sevilla o a una zona cafetera. En este sentido tenemos que especializar las regiones.

Ejemplificando un poco está el caso del plan frutícola que debe apuntar a que las regiones se vuelvan fuertes, aprovechando los microclimas”, sostuvo. Aunque el país exporta más de 40 productos agropecuarios con diversas partidas arancelarias, tres (flores, café y banano) explican cerca del 90% de las ventas externas, situación que ha sido constante en el comercio exterior de alimentos del país.

“Falta política productiva. Colombia tiene dos mares, la mayor riqueza acuícola y estamos importando el pescado de Argentina y de Vietnam porque no tenemos política pesquera. Y eso pasa en general en el sector de alimentos, así que si no lo desarrollamos las oportunidades van a pasar por el frente”, ratificó el presidente de Analdex, Javier Díaz.

Pero esa política tiene temas espinosos y polémicos que Colombia no ha resuelto y que por el contrario parecen enredarse cada vez más. Estos pasan por sacar adelante una ley de tierras y la seguridad jurídica para la inversión; por asuntos económicos: precios remunerativos, costos de producción y tasa de cambio; por la infraestructura, representado en mejores vías para sacar los productos del campo a los mercados, y la conexión de la Altillanura con el Pacífico. Y hay que sumarle desarrollos en ciencia y tecnología.

El presidente de la SAC argumenta que la mayor parte de las 21 millones de hectáreas con vocación agrícola y que no son explotadas están en sitios donde falta presencia del Estado en temas claves como carreteras y educación. “Hay que sacar adelante la ley de tierras. Hay varios millones de hectáreas en los Llanos Orientales inutilizadas por problemas legales y los colombianos no nos podemos dar ese lujo”, comenta el consultor en temas de comercio exterior, Martín Gustavo Ibarra.

Hay que crear cooperativas
El gerente de Enrique Villegas y Compañía, una empresa agroindustrial del Valle del Cauca, Enrique Villegas, señala que si se parte de la base de que 66% de la agricultura es de pequeños productores y el 24% de medianos, quiere decir que este es un país de minifundio. “Entonces la única manera de proveer el mundo es creando cooperativas y asociaciones fuertes”, dijo.

Lo más exportado tras los tratados comerciales
Banano, flores, tabaco y azúcares, son los productos agroindustriales que han reportado un mayor crecimiento en sus exportaciones, tras la entrada en vigencia de los tratados comerciales con esos países.

Según los datos de Proexport en esas mismas naciones uno de los productos más demandados son aceites y grasas. Sin embargo a Estados Unidos, que importa anualmente más de US$12.200 millones, Colombia le vende menos de US$290 millones.

Definir vocación agrícola del país
El Censo Agropecuario que se inició en el país, busca definir la producción agrícola y las vocaciones. Pero para el presidente de Procaña, Guido López, el problema son las importaciones. “Dejan importar cuanto producto se produzca en el mundo más barato porque son subsidiados, entonces la gente no se arriesga a sembrar en Colombia”.

La presidenta de Proexport, María Claudia Lacouture, señala que los empresarios deben conocer las tendencias de consumo del mundo para llegar al consumidor extranjero.

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