Comentarios Paula Palomino

Buenas prácticas ganaderas: un compromiso social, ambiental y económico

24 de octubre de 2018
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Actualmente, las producciones agropecuarias enfrentan cambios que requieren un mayor compromiso ambiental y social, y no solo económico.

La producción ganadera en el mundo avanza hacia una cultura de Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) que considera lo ambiental, el bienestar animal y humano, la responsabilidad social sectorial, la competitividad exportadora y una mayor rentabilidad asociada a productos de alta calidad. Y para lograrlo, debe trabajar a la par todos estos aspectos teniendo en cuenta, bajo los criterios de sostenibilidad, las ventajas comparativas que se tienen para su desarrollo, entre otras, el recurso humano, el clima, el suelo, los pastos, los animales y la ubicación geográfica.

Actualmente, las producciones agropecuarias enfrentan cambios que requieren un mayor compromiso ambiental y social, y no solo económico; además, que inciden en el desarrollo y la aplicación de tecnologías apropiadas y apropiables a las condiciones tropicales. Nos obliga a ser más eficientes y competitivos para acceder a otros mercados (nacional e internacional) con productos inocuos y de calidad: un primer paso sería hacerlo a través de la capacitación en BPG y de una transferencia tecnológica adecuada a las características propias del pequeño, mediano y gran productor.

La ganadería para la producción de carne es una actividad creciente pero cuestionada fuertemente por su desempeño productivo e impacto ambiental, pero de la que se desconocen en profundidad los procesos que conducen al desarrollo de esta actividad económica y la presión ejercida en el tiempo sobre los recursos naturales. Además de estos dos aspectos es primordial evaluar las causas y posibles soluciones para los bajos rendimientos productivos y económicos que se presentan en la actualidad, la poca visión
empresarial, la insuficiente labor gremial, el bajo desarrollo de la estructura para el mercadeo y la comercialización, la disminución en los niveles de consumo de carne bovina en Colombia, entre otros aspectos, que impiden niveles de competitividad adecuados.

En nuestro país la actividad ganadera puede aprovechar ventajas comparativas como las características climáticas, los suelo y pastos, el tipo ganado adaptado a esas condiciones y la ubicación geográfica estratégica en la región; que garantizan la producción de biomasa y la disponibilidad de recurso humano con el objetivo de producir a bajos costos.

La Universidad CES, desde su Facultad de Veterinaria y Zootecnia, identificó en Antioquia un gran potencial ganadero para la producción de carne, al establecer que los municipios de la subregión Urabá Norte representan el 12% del total del hato bovino del departamento de Antioquia, correspondiente a 287.192 bovinos y el 7% del censo total de predios ganaderos del departamento, para un total de 3.924 predios. En mayor proporción
el sistema de producción predominante es la cría de animales productores de carne de forma extensiva. El 86,3% de los productores tiene menos de 100 animales, el 11,1% tiene entre 101 y 500 animales y solamente el 2,6% tiene más de 500 animales, lo que nos indica que la mayor proporción de ganaderos, se ubica en la categoría de pequeños productores (Información Ciclo Aftosa 2017 II Cuenta Nacional de Carne y Leche).

Estos predios ganaderos se caracterizan por el atraso en la formación del capital humano dado el escaso acceso a programas de capacitación, asistencia técnica y transferencias tecnológica, explicando la baja adopción tecnológica y los pobres indicadores productivos, reproductivos, sociales y ambientales, factores que conducen a la baja productividad y competitividad del sector. Lo anterior se traduce en indicadores como los de la natalidad
(53% o menos), la producción promedio de leche de 850 litros por vaca/año, la edad al sacrificio de 42 meses y la capacidad de carga 0,7 animales por hectárea (Tomado de información del Fondo Nacional del Ganado ciclo de vacunación II 2015).

Es de resaltar que esta región por su ubicación geográfica constituye un punto de importancia intercontinental, pues allí confluyen importantes vías como la Carretera Panamericana, la Transversal de Las Américas y la Autopista de la Prosperidad, que conectará el suroccidente colombiano con el Océano Atlántico; próximamente tendrá un puerto que reducirá notoriamente las distancias y que ampliará la oferta portuaria para los exportadores del país y específicamente de esta región.

El sector ganadero se enfrenta en la actualidad a grandes cambios que implican una gran responsabilidad con el ambiente, un buen trato a los animales (bienestar animal) e implementación de nuevas tecnologías en el proceso productivo; ser más eficientes y competitivos para enfrentar los mercados tanto a nivel local como a nivel internacional, que día a día demandan productos con altos estándares de calidad, no solo en su valor
nutricional, sino también inocuos. Para lograrlo se deben fomentar programas masivos de capacitación y trasferencia tecnológica a los pequeños y medianos productores en Buenas Prácticas Ganaderas (BPG) que permitan implementar estas acciones y mejorar en cada uno de los aspectos mencionados.

Por estas razones, es una gran responsabilidad que las universidades que promueven la educación en los sectores agrícola y pecuario aporten con sus equipos de trabajo, grupos de investigación y de estudio, estudiantes y el personal dedicado a la extensión, al diseño y la transferencia tecnológica acorde a las características propias de nuestro país, y al fortalecimiento de alianzas público - privadas en los sectores donde podamos tener
impacto. A manera de ejemplo, la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad CES junto con la Cooperativa ATUN, confluyeron en un proyecto de asistencia técnica gremial mediante la convocatoria 720 fase II del Programa de Transformación Productiva, cuyo objetivo fue capacitar y brindar asistencia técnica a 220 familias de la zona de Urabá en productividad y Buenas Prácticas Ganaderas para el mejoramiento de todos los procesos
productivos, buscando garantizar la calidad del producto vendido y el acceso a mercados de valor, adoptando tecnologías innovadoras en el sistema de producción ganadero a través de métodos de extensión rural. Estas iniciativas deben ser una prioridad para todos.

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