Clima

Universidad Nacional advierte que en 2030, Leticia se quedaría sin el Río Amazonas

Hizo un llamado al Gobierno para que se tomen en serio el problema, pues hoy solo queda el 19,5% del flujo de agua en los dos principales canales que conectan el río Amazonas
18 de julio de 2025
Sequía del río Amazonas
Reuters

En las últimas horas, la Universidad Nacional hizo un llamado alarmante. Aseguró que Colombia está a punto de perder su río más importante, el Amazonas, el más caudaloso y extenso del mundo, hogar de miles de especies de peces y sustento de comunidades indígenas como los cocamas, tikunas y yaguas. Ante esta alarma, hizo un llamado a los entes gubernamentales para que se tomen en serio el problema, pues hoy solo queda el 19,5 % del flujo de agua en los dos principales canales que conectan el río Amazonas en el territorio, eso durante el invierno, porque en verano todavía es más bajo. Hace 33 años ese flujo era del 30%.

“La solución estaría en crear espolones –grandes estructuras de roca o tierra en el fondo del Cauca– y limpiar los sedimentos acumulados para que el agua pueda circular nuevamente sin ningún problema”, explica el profesor Santiago Duque, de la Unal Sede Amazonia, quien lleva más de 35 años monitoreando el río Amazonas y cada uno de sus afluentes, especialmente en Leticia y su frontera con Perú, trabajo adelantado con la Universidad

En 1993, un estudio del Laboratorio de Estudios Hidráulicos de la Unal Sede Bogotá ya había determinado que el mayor flujo de agua del río se concentraba en la frontera colombo-peruana, en donde ese país cuenta con un único canal que captaba cerca del 70 % del caudal. En contraste, el lado colombiano —conectado a través de dos canales desde las islas de Ronda y Rondiña, en la “Chinería”— recibía apenas el 30 % del flujo.

Desde entonces ya se sabía que el caudal seguiría disminuyendo y que era urgente tomar decisiones, pero las medidas fueron ignoradas. Años después, en 2006, la profesora Lilian Posada, de la Unal Sede Medellín, lideró un nuevo intento por revertir el problema: un proyecto con recomendaciones técnicas y el diseño de espolones sumergidos para recuperar el río Amazonas. Sin embargo tampoco se avanzó, pues, como ella misma lo señala, “no hubo voluntad política para ejecutarlo: el país les ha dado la espalda a los ríos, aunque Colombia es un país de ríos y anfibio por la importancia del agua”.

Actualmente se desconoce cuántas islas han surgido por la sedimentación en las riberas del río Amazonas en Colombia, un fenómeno natural originado por la erosión de las montañas andinas que drenan hacia su cuenca. Aunque es el propio río el que “decide” cómo depurar este material, el proceso se ha acelerado por actividades como la deforestación, la minería y la ganadería, que no solo afectan profundamente la Amazonia, sino que además alteran la dinámica del río, dando lugar en poco tiempo a islas de sedimento cada vez más grandes y numerosas.

“La solución era mover el muelle de Leticia para que quedara en las aguas de ese momento y no en medio de los sedimentos, pero se anticipó que si no se hacían todas las obras complementarias el muelle volvería a quedar enterrado”, señala la experta Posada.

Agrega que, “el río Amazonas tiene muchos brazos y se separa por islas que se mueven rápidamente, por ello propusimos un dragado entre las islas de Rondiña y Ronda para que el flujo del estrecho de Nazareth tomara más fuerza hacia el lado colombiano y fuera capaz de contrarrestar el problema”

El estrecho de Nazareth es una sección del río Amazonas que conecta a Colombia con Perú, donde el flujo se concentra en un único canal con alta capacidad para transportar sedimentos. Por eso en 2006 el proyecto liderado por la profesora Posada propuso y diseñó espolones sumergidos para instalarlos en el canal peruano. La intervención no afectaba la navegación ni implicaba pérdida de tierra o agua para Perú, sino que buscaba evitar que el lado colombiano siguiera perdiendo fuerza y caudal; sin embargo la propuesta no se concretó.

Este año el profesor Juan Gabriel León, de la Unal Sede Palmira, realizó una medición del caudal del río Amazonas en el estrecho de Nazareth, donde el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) tiene una estación hidrométrica que registra el comportamiento del río en esa zona de encauzamiento. Para ello se utilizó un perfilador acústico de efecto Doppler, un instrumento que emplea ondas sonoras para medir la velocidad y dirección de las corrientes de agua.

El trabajo de campo del 25 de junio permitió medir el río en su máximo nivel, momento idóneo para que el análisis se realice adecuadamente, pues cuando desborda en zonas inundadas es difícil tomar la medida.

El análisis mostró que el flujo de agua era del 19,5 % en los brazos colombianos, con profundidades muy bajas, que no superan los 5 o 6 metros y que en un primer momento eran de 35 m en el estrecho de Nazareth, pero cuando la corriente el flujo se desvía hacia Perú, dejan el lado colombiano con poca fuerza y concentración de sedimentos.

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