No estaba preparado, pero me tocó enfrentar

Hace 26 años empezó un camino que nunca pensé terminaría en una discapacidad. Ha sido un camino de momentos difíciles, de dolor en algunas oportunidades, de impotencia también, ¡pero de mucho aprendizaje! Recuerdo que de una biopsia empezó una aventura de cirugías, clínicas y médicos que todavía no termina. 26 años después, ¡aún no sabemos cuál es mi diagnóstico, a qué me enfrento!

Cuando tienes un accidente o conoces tu diagnóstico y sabes que es una discapacidad, puedes prepararte para enfrentarla; puedes preparar a tu familia. En mi caso, la incertidumbre me ha enseñado paso a paso a enfrentar la enfermedad; poco a poco encontramos la fortaleza para superar cada día y cada prueba y hemos entendido que el que piensa pierde y que los porqués no existen. Con un buen amigo, Berny Bluman, llegamos a la conclusión de que la discapacidad no se sufre; ¡se vive! En ese vivirla, yo ya la hice mi amiga y juntos vamos saliendo adelante.

En ese camino aprendimos también a ver más allá de lo que una persona normal lo hace. ¿Y qué hemos visto? Hemos visto que la nuestra es una sociedad que aún no entiende la discapacidad. Ciudades con barreras, limitaciones laborales, prejuicios y una cultura que aparta a quienes la vivimos.

Un mundo, una sociedad accesible, sin barreras ni prejuicios, no debería ser un deseo, sino un derecho. Una sociedad accesible es aquella que logra armonizar y ajustar su infraestructura, sus condiciones y su cultura para aprovechar las capacidades de quienes viven la discapacidad. No es lástima, es la posibilidad de aprovechar esas capacidades y volverlas productivas para la sociedad.

Ni hablar de las inmensas dificultades en nuestro campo para quienes la viven. Muchos viven condenados en las paredes de sus casas porque no tienen la oportunidad de encontrar un empleo que les permita mostrar sus capacidades. Países como Estados Unidos han encontrado el camino y las personas con discapacidad son ocupadas en empleos específicos, en la ciudad y en el campo, que les dan la posibilidad de ser útiles y productivos para la sociedad.

Desafortunadamente, en Colombia la falta de políticas de inclusión y accesibilidad es evidente. No hay desde el Gobierno una señal clara y los esfuerzos son dispersos y vienen desde algunas instituciones y desde el sector privado. Ciudades como Barranquilla han multiplicado sus esfuerzos y ya se ven los primeros resultados. Espacios sociales y una playa accesible se muestran entre ellos.

De mi parte, ¡seguiré día a día alzando la voz por mejor infraestructura, ciudades más accesibles, comprensión y una cultura que nos permita aprovechar nuestras capacidades!

Los retos cada vez son mayores, ¡un camino de tristezas y alegrías, de fortaleza y empuje! Con mi amiga seguimos el camino que empezamos hace 26 años, para el cual no estaba preparado, ¡pero me tocó enfrentar!

Nota: Muy buenos los resultados de exportaciones ganaderas en los primeros nueve meses del año. China se consolida como destino para la carne en canal. ¡Nuestro reconocimiento al ICA, a Fedegan, pero sobre todo a los ganaderos de Colombia!