Parto y manejo de los lechones, dos aspectos fundamentales en el negocio porcícola

El proceso de parto y las primeras horas de vida de los lechones son momentos críticos en las granjas porcinas y claves para la rentabilidad del negocio. Reducir los índices de mortalidad durante el alumbramiento y la fase neonatal son prioridades.

“De los animales que el hombre tiene en producción, el cerdo es quizás el que tienen mayor sensibilidad al momento del parto. Se necesita una asistencia técnica y unas condiciones específicas”, explicó Sebastián Montoya, zootecnista de la Universidad Nacional.

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Los cuidados para el parto deben iniciarse días antes. La sala de maternidad debe lavarse, desinfectarse y aislarse de todo contacto animal para evitar una nueva contaminación. Se debe procurar una temperatura fresca y evitar las corrientes de aire.

La cerda se debe bañar días antes y manejarla con el menor estrés posible, con mayor razón si se trata de una primeriza. Hay que vigilar su comportamiento, su alimentación, su consumo de agua y un día antes disminuir la ración alimenticia para evitar que durante el parto presente complicaciones como estreñimiento y otros síntomas molestos.

Para Jessica María Bermúdez Arroyave, veterinaria MBA, directora del Departamento Profesional de Porcicultores APA, “los cuidados más importantes antes del parto son el agua de bebida a disposición para la hembra; suministro controlado de alimento, sin incurrir en ayuno; condiciones de limpieza y desinfección del lugar y condiciones de temperatura ambiente diferenciados para la hembra y para el lechón”.

Aunque no es siempre, el momento del parto suele ser en las horas de la noche, cuando la cerda se encuentra más tranquila y hay menos ruido y movimiento en la granja. Se necesita una vigilancia permanente de veterinarios y/o expertos, y una buena iluminación.

El tiempo de duración normal de un parto es de dos a cuatro horas y, cuando hay alguna complicación o la hembra es primípara, se puede prolongar hasta las seis horas. El tiempo transcurrido entre el alumbramiento de cada lechón oscila entre 10 y 30 minutos.

Las complicaciones se llaman distocias y se manifiestan en cuanto que la cerda tiene contracciones, pero no expulsa los lechones. La expulsión de la placenta, que se presenta entre una y cuatro horas tras la salida del último lechón, es también clave para finalizar el proceso garantizando la salud de la madre.

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Una vez superado el parto, el cuidado de los lechones es igualmente crítico. Aspectos como la respiración, el ombligo, la temperatura y la alimentación son vitales.

Tras verificar que las crías estén respirando, “se debe controlar la temperatura de los lechones que debe ser de unos 32°C. Es por ello que en las granjas encontramos placas de calefacción o nidales con lámparas que irradian calor, para poder brindar un ambiente fresco a la hembra, pero al mismo tiempo y en el mismo lugar, un ambiente cálido al recién nacido”, explicó la experta Jessica Bermúdez.

El siguiente paso es la alimentación, validando que la madre se disponga para amamantar, que cada lechón tenga un pezón y que todos estén tomando leche realmente. Si alguno no lo hace, hay que ayudar en la siguiente tanda que se presenta entre 30 y 45 minutos después.

Las vacunas son otro imperativo

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La especialista Jessica María Bermúdez explica que las principales vacunas que se implementan en los predios porcinos colombianos son para combatir los patógenos Mycoplasma sp y Circovirus. Cuando los lechones son para pie de cría, se deben vacunar además para triple reproductiva y E. Coli. Cada granja tiene una particularidad con un debido diagnóstico que posiblemente significará más vacunas contra otros patógenos.