Equinos

El perfil deportivo, aspecto clave para el entrenamiento del caballo criollo colombiano

Cuando se busca mejorar la resistencia, se recomienda una estrategia que involucre el aumento de duración de sesiones
María Patricia Arias, profesora titular de la Universidad del CES
Por:
María Patricia Arias Gutiérrez
25 de octubre de 2023
Caballo criollo
Asdesilla

El caballo criollo colombiano se destaca como un deportista de alto rendimiento. En virtud de esta premisa, es de suma importancia que se diseñe su entrenamiento de manera estratégica e individualizada, con el fin de permitir al caballo alcanzar su máximo potencial deportivo, al tiempo que se minimizan los riesgos de lesiones musculoesqueléticas, metabólicas y sistémicas derivadas del sobreentrenamiento.

Para planificar las sesiones de entrenamiento, es esencial conocer el perfil deportivo del caballo mediante una prueba de esfuerzo que proporciona información sobre sus debilidades y fortalezas. Estos perfiles deportivos se dividen en tres categorías: los caballos fondistas, los velocistas y aquellos que combinan ambas cualidades (mixtos).

Una vez que se haya establecido el perfil deportivo del caballo, se procede a definir el objetivo del entrenamiento. En función de este objetivo, se determina la carga de trabajo semanal y se especifica la intensidad del ejercicio que el caballo llevará a cabo en cada sesión de entrenamiento. Los objetivos pueden variar y estar orientados a mejorar la resistencia, la velocidad o una combinación de ambas, conocida como stamina.

Cuando se busca mejorar la resistencia o el fondo, se recomienda una estrategia que involucre el aumento de la duración de las sesiones de ejercicio, comenzando con un esfuerzo o intensidad baja, como caminar o ejecutar el andar con riendas sueltas. Si se programa un entrenamiento de cinco días a la semana, se recomienda que tres de esos días se dediquen a estos ejercicios. Una vez que se ha establecido una base sólida de resistencia, se puede incrementar progresivamente el esfuerzo aumentando la tensión de las riendas. Los dos días restantes pueden ser destinados a ejercicios específicos relacionados con la disciplina deportiva.

Por otro lado, en el caso de caballos que necesitan mejorar su velocidad, el enfoque debe centrarse en aumentar la intensidad, pero en intervalos de tiempo más cortos. Este enfoque graduado en el entrenamiento garantiza un progreso efectivo y seguro para cumplir el objetivo deseado. En este caso se recomienda que tres de los cinco días de entrenamiento se dediquen a ejercicios explosivos o a alta velocidad con pausas intermitentes para permitir la recuperación. Este tipo de entrenamiento suele ser más exigente en comparación con el enfoque de mejora de la resistencia, por lo cual, en los días intermitentes, el trabajo debe ser de muy baja intensidad.

Por último, un aspecto crítico para alcanzar un aumento del rendimiento deportivo del caballo es el monitoreo constante del progreso. Esto implica realizar mediciones regulares de la frecuencia cardíaca y niveles de lactato. Estos datos proporcionan información valiosa que permite realizar ajustes periódicos en el plan de entrenamiento, garantizando así un desarrollo óptimo de la resistencia y la capacidad física del caballo.

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