Ganadería

Garrapatas en los bovinos son un factor limitante en su producción y producen pérdidas económicas

Su ubicación puede detectarse a simple vista en zonas como la ubre, el cuello, abdomen, rabo y orejas.
Analista LR
Por:
LR
09 de julio de 2015

La garrapata del bovino conocida como Rhipicephalus (Boophilus) microplus, es de un solo huésped cuyo ciclo de vida se realiza en el suelo y los pastos (fase no parasitaria) y otra en el cuerpo del animal (fase parasitaria).

Su ubicación puede detectarse a simple vista en zonas como la ubre, el cuello, abdomen, rabo y orejas, pero expertos recomiendan que el proceso correcto para identificar garrapatas es llevándolo a un laboratorio para una correcta clasificación taxonómica.

“La presencia de estos animales en un hato de clima caliente es un problema muy serio. Si no se le da el adecuado manejo técnico se convierte o traduce en grandes pérdidas económicas por los altos costos que genera la producción de la leche, carne, abortos, infecciones por hemoparásitos y muerte de los animales. Adicionalmente, los gastos por droga veterinaria, honorarios médicos y exámenes de laboratorio”, dice José Clavijo Hoyos, Médico veterinario zootecnista de Barranquilla.

Manejo integral de parásitos
El tratamiento que se le da a las garrapatas varía de acuerdo a la zona del país donde se dé. Por ello, debe haber una coordinación por parte de un médico veterinario para adelantar estrategias integradas que busquen la prevención y control de las diferentes estadías de la garrapata, transmisión de otras enfermedades y se minimice el impacto ambiental que se pueda generar con este proceso.

“Independientemente del clima, la garrapata afecta de igual manera a los bovinos. Lo que ocurre es que en tierra caliente los efectos son más severos por las condiciones adversas que deben enfrentar los animales. Algunos de los síntomas que los bovinos presentan son debilitamiento, anemia, deterioro de las pieles a causa de las perforaciones producidas por los piquetes, entre otras”, sostiene César Augusto Penagos, propietario de la Hacienda el Maná en Sabanalarga, Atlántico.

Como indicador promedio, la pérdida de peso de un bovino parasitado por garrapatas Boophilus spp, se estima en 0.26 kilogramog por año y por la variedad Amblyomma spp hasta 1.09 kilogramos por año.

Ciclo biológico
El ciclo biológico de las garrapatas está compuesto por cuatro estadíos: huevo, larva, ninfa y adulto. Las hembras se alimentan siempre de sangre mientras que los machos raramente lo hacen. En la superficie cutánea se produce el acoplamiento del macho con la hembra que necesita succionar sangre para la buena maduración de los huevos.

Después de haber succionado suficiente sangre, la hembra se deja caer en lugares protegidos del suelo donde, según la variedad deponen cantidades determinadas de huevos (Boophilus spp entre 2000-3000 y Amblyomma spp hasta 5000). Es por esto que las condiciones de vegetación, temperatura y humedad relativa del microclima del suelo son importantes para la supervivencia de la especie.

“Los factores climatológicos afectan especialmente a los delicados huevos y a las fases no parásitas de la garrapata. Las larvas evitan los ambientes secos y las altas temperaturas y las ninfas, especialmente las garrapatas adultas son mucho más resistentes”, comenta Penagos.

Un problema que requiere atención
Las garrapatas son necesarias para que los animales adquieran inmunidad frente a las mismas; pero cuando ese equilibrio se rompe por factores como la inadecuada alimentación, inicio de época de lluvia, razas susceptibles, animales enfermos, animales estresados o en proceso de aclimatación, sobrevienen las infestaciones masivas que conllevan a pérdida de peso, estados anémicos, transmisión de enfermedades, daños en la piel, entre otros.

Además, se ve afectada la utilidad financiera de los predios dedicados a la ganadería.

Para controlarlas, aconsejan bañar periódicamente al ganado para eliminar este parásito

Realizar una limpieza constante en el lugar donde duermen los bovinos. Si es en lugares abiertos se debe fumigar la tierra.

Sumergir la punta del rabo del bovino semanalmente en un producto garrapaticida.

Realizar rotación de garrapaticida cada seis meses para que el bovino no sufra tanto con estos parásitos que se ubican en su piel.

Revisar periódicamente las orejas, el rabo, las entrepiernas y pezuñas para verificar la presencia del parásito.

Implementar estrategias amigables con el medio ambiente con Alternativas biológicas como plantas repelentes.

Observar si hay cambios en los ojos de los animales para saber si están en buen estado.

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